EDUCAR EN VALORES, EDUCAR PARA LA VIDA

Estudiantes

Especial para El Sol de Puerto Rico / Por Alexandra Muñoz Pagán, ISFCJ

15 de febrero de 2024 – Sabemos que mucho se ha debatido sobre el tema de la educación en valores en nuestras escuelas. Es una asignación pendiente que cobra sus consecuencias en la vida diaria de nuestra sociedad. Educar en valores es educar para la vida, porque no podemos vivir sin darle un sentido a nuestra existencia.

Una de las variadas definiciones de la palabra valor según la RAE es: “Persona que posee o a la que se le atribuyen cualidades positivas para desarrollar una determinada actividad”. De acuerdo con esta definición, la palabra valor cobra significación en cuanto a las cualidades de una persona o talentos para desarrollar una actividad provechosa. Pero no vamos a detenernos en esta definición. Daremos un paso más.

A nivel cívico, la RAE nos muestra otra definición sobre el valor: “Entereza de ánimo para cumplir los deberes de la ciudadanía, sin arredrarse por amenazas, peligros ni vejámenes”. Entonces, podríamos concluir que una persona se considera valiosa cuando saber vivir -con compromiso- sus deberes de ciudadano con todas sus consecuencias. Se lee rápido y esto no es poco.

La educación en valores promueve la solidaridad, la convivencia y el amor por la naturaleza. Ayuda a quien que aprende a dar sentido al bien, a la belleza y a lo bueno. Hemos de ser conscientes de que un ser humano ejemplar no nace, se hace; es decir, se desarrolla en la medida en que va conociendo lo que es valioso y lo va poniendo en práctica, va adquiriendo el hábito de lo que es mejor hacer. Por esta razón, la educación en valores es muy importante porque la educación debe ser integral.

Podríamos preguntarnos qué clase de seres humanos estamos formando en nuestras escuelas. Desarrollar los talentos físicos, operativos y procedimentales de todas las materias es un valor y son necesarios indiscutiblemente. Desarrollar los valores emocionales, reflexivos, introspectivos, protectores de la naturaleza y espirituales son vitales. Vitales porque son los valores que dan sentido a la existencia humana y nadie puede vivir sin saber por qué y para qué vive. En el caso del valor religioso: Nadie puede vivir sin saber para Quién vive. En este sentido, podríamos abrir el debate de si es posible vivir los valores sin una referencia a la Trascendencia. Te invitamos a considerar esto.

Valores como la generosidad, la comunicación y la empatía, el amor a todo lo creado, la humildad, el ceder por el bien de todos, la disponibilidad, el cuidado hacia los niños y hacia las personas de edad avanzada son imprescindibles para las relaciones humanas en la familia, en la sociedad y en nuestras comunidades cívicas y de fe. Mas hemos de seguir considerando si nuestros niños y jóvenes tienen los referentes y modelos para considerar que, vivir los valores, tiene sentido.

Preguntamos a los adultos de hoy, si estamos trabajando en esta tarea pendiente de educar a las próximas generaciones en el amor al compromiso, al trabajo; en el amor a las culturas, en el amor a la autoridad sana sin prejuicios ni traumas transmitidos. Podemos preguntar a las escuelas si los valores morales y éticos son parte esencial del currículo o si son -simplemente- complementarios o dejados de lado por lo urgente.

Sentirnos impotentes ante las noticias del telediario no nos sirve para nada. Tenemos que dar pasos. ¿Te has preguntado si puedes hacer algo ante tantas noticias que exponen una gran crisis de valores en la sociedad? Entendemos que puedes hacer… y mucho. Considerando dar el paso tú a vivir los valores, siendo referente para ti y para los demás, especialmente para nuestros jóvenes, a quienes vamos dejando en herencia la tierra. Parece poco, pero no lo es. Gota a gota en la piedra se hace un hueco. ¡Imagínate que todos nosotros y las grandes instituciones como el gobierno, la iglesia y la familia tomáramos conciencia!

Sobre la autora: La autora es fundadora y creadora de contenido del proyecto de Evangelización y Catequesis Et In Corde Patris Publications y moderadora del programa en línea “Directo al Corazón”. Es maestra y consagrada en la Iglesia Católica en el Instituto Secular “Heart of Jesus” de la Familia Cor Unum en Estados Unidos.

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