Preocupante alegado deterioro del Teatro La Perla

Por Agustín Muñoz/ El Sol de PR

 

Uno de los iconos visibles de la ciudad de Ponce puede que quede en el recuerdo de la historia si no se rescata a tiempo de las garras del comején, el hongo y el abandono, entre otros males. Al menos, ese el pronóstico de los sectores vinculados al quehacer cultural de la ciudad cuando observan impotentes cómo “va cayendo el telón” para el centenario Teatro La Perla.

Las columnas que sostienen su majestuoso frente tal parece que se van aflojando ante la supuesta pasividad de la autoridad municipal que vocifera que carece de presupuesto para lidiar con el deterioro del segundo teatro más antiguo en uso de la isla. 

Un grupo de personas del ambiente teatral se ha organizado para rescatar la bella edificación de diseño neoclásico inaugurada en el 1864, pero que tras su destrucción por el terremoto de 1918 y luego por un incendio en 1924, fue reconstruido con algunas alteraciones en 1941. Harán una propuesta al Gobierno Municipal.

Ubicado entre las calles Mayor y Cristina, en el centro de la histórico de Ponce, La Perla también sufrió por el paso del huracán María, pero desde antes del evento atmosférico venía desfalleciendo por falta de mantenimiento e inversión de dinero en su restauración y conservación.

Punto crítico

Testigos de ese abandono conversaron con El Sol de Puerto Rico y plantearon su gran preocupación ante la presunta indiferencia de la Administración Municipal bajo la alcaldesa María E. Meléndez Altieri.

Carlos Seda, técnico de iluminación del teatro por casi 40 años, lamenta que la instalación haya llegado al punto crítico y cuestionó la capacidad de la “directora de turno” para enfrentar el reto.  Al igual que otros entrevistados, expuso que el comején y el hongo han invadido el interior del enfermo edificio. Incluso, observó que el comején ya está bajo el escenario “a gran escala”.

Ángel Comas, quien dirigió el teatro a partir del 2010 bajo Meléndez Altieri, reconoció que a esa fecha ya la estructura y su interior estaba desatendida. Había problemas con el pago a los suplidores quienes se negaban a dar servicios. Mencionó como ejemplo, el acondicionador de aire central cuyo funcionamiento depende de un sistema computadorizado. “No se podía apagar y si se apagaba había problemas para poder prenderlo y como se le debía dinero a la compañía había que dejarlo prendido todo el tiempo. Eso comenzó a propagar el hongo por las paredes, por el cortinaje del lobby a la sala. Lo que llamamos la boca del teatro estaba lleno de hongo”, relató. Añadió que algo tan simple como una aspiradora para la limpieza de las alfombras y el cortinaje, “se solicitó muchas veces y nunca llegó”.

Trascendió que el teatro carece de personal de mantenimiento desde hace varios años, labor que supuestamente realizan los tres técnicos que actualmente están asignados al lugar y cuya jornada de trabajo fue reducida a 4 horas. Se supo que allí solo cuentan con un luminotécnico, un sonidista y un tramoyista quienes pasan las horas fuera de la edificación por temor a enfermarse. El personal administrativo, unas tres personas, fue movido a la Oficina de Desarrollo Cultural, ubicada en el edificio del ayuntamiento. Hace más de ocho años el teatro contaba con una matrícula de alrededor de 15 empleados, se informó.

Comas y Seda coincidieron en que la unidad de acondicionador de aire central y el cortinaje ya enfrentaban problemas previos al huracán. Asimismo, una treintena de las 1,047 butacas “no sirven”. “Siempre que se le expone a la administración las necesidades del teatro dicen que no hay dinero. Quieren que lo pague FEMA. La pintura exterior del teatro está en total deterioro y quieren hacerle un lava’o de cara, retocarlo de la mitad hacia abajo, si lo hacen. Retocar lo que se pueda y no pintarlo, lo mismo que el interior de la sala”, indicó Seda. Agregó que lleva tres años esperando por la aprobación de una orden de compra de equipo de iluminación, incluidas bombillas y filtros de iluminación.

Comas sostuvo que es lamentable que el dinero que recauda La Perla a través de sus actividades vaya al Fondo General del Municipio y no para el mantenimiento de la facilidad. Seda duda que La Perla, al que describió como patrimonio de los ponceños, “vuelva a ser lo que ha sido”. “En este momento debe ser muy complicado el abrirlo, no hay interés en rehabilitarlo”, aseguró Comas, por su parte. 

El exdirector apuntó que durante la administración de Meléndez Altieri ha habido muchos cambios en la dirección de la Oficina de Desarrollo Cultural “y directores que no conocen como manejar un teatro”. En su cuestionamiento, Comas alegó que la alcaldesa de Ponce “no tiene visión de cómo llevar las artes, al contrario, tiene visión de cómo destruir las artes”. Mencionó que en situaciones similares o peores se encuentran el Parque Monagas, el Centro Ceremonial Indígena de Tibes y los museos municipales. Alegó que en Desarrollo Cultural hay personas que saben mucho de cultura “pero los aplastan” como ocurrió con él quien fue despedido en 2012 por defender los reglamentos y los procesos internos del teatro. “Me retiraron la confianza, no me permitían participar de las reuniones de staff, el trato era pésimo, obligaban a participar de las campañas políticas y a mi no me interesaba. Sabía que eso me iba a costar el trabajo, pero mejor salgo con dignidad que vendí’o”, subrayó.

La última gran presentación de una obra teatral de envergadura en La Perla fue hace casi cuatro años cuando subió a escena ‘La Campana de la Almudaina’, precisamente el drama que inauguró el teatro en 1864.

Al cierre de esta edición y un tanto esquiva, la directora del teatro Carmen Martínez, dialogó con nuestro editor y aseguró que lo que mantiene cerradas las facilidades son los daños al aire acondicionado ocacionados por el huracán María. Dijo que espera pueda reabrir en noviembre de este año.

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