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OPINIÓN: La vida de los policías importan

OPINIÓN: La vida de los policías importan

“Debe quedar claro que los policías tienen igual derecho a la vida que los delincuentes que viven aterrando nuestro país cada día”.

Por Luis A. Pagán, MA / Experto en Seguridad

El gran deterioro social que vive nuestra Isla es el resultado de décadas de desigualdad social y decadencia de valores. Antes existían códigos entre los propios delincuentes y los crímenes se cometían entre ellos mismos. Actualmente a cualquier hora y en cualquier lugar podemos ser víctimas inocentes de un crimen.

Puerto Rico vive una crisis de seguridad sin precedentes y no hay una luz a final del túnel que nos de esperanza. Se habla de planes, pero cuando se indaga son las mismas repeticiones de hace décadas. La diferencia a la actual situación es que la impunidad existente ha dejado el camino libre a los criminales.

El caso reciente en Vega Baja en el que se muestra un vídeo de la situación de un asalto en una panadería, en donde un policía mató al asaltante, ha traído diversas opiniones con relación a si el policía actúa bien o mal.

Lo cierto es que no es lo mismo estar en los zapatos del policía que opinar desde las gradas. No se puede negar que la policía atraviesa un momento difícil en cuanto a la falta de recursos y desmotivación por perdida de beneficios y derechos previamente adquiridos. Igualmente, la demanda vigente el Tribunal Federal coloca al cuerpo policiaco bajo cierto grado de presión, ya que se deben cumplir con los acuerdos y estipulaciones ya transados.

Puerto Rico es un país de ley y orden y los derechos de unos terminan donde comienzan el de los otros. Como ex agente y ex subdirector del NIE, agencia responsable de investigar estos eventos, tengo mi opinión al respecto.  En este caso y solo a base de lo observado en el vídeo no hay duda de que estos delincuentes entraron al lugar decididos a hacer lo que fuera necesario para cumplir su propósito. Se observa un individuo enmascarado que entra al lugar, dispara un tiro y amenaza a los clientes, a la vez que al otro lado del mostrador esta la cajera y los clientes, todos expuestos a sufrir grave daño corporal.

El hecho de que el policía esté uniformado es un indicador que lo coloca en alto riesgo de sufrir daños si es identificado por los delincuentes. El policía, tal como hizo en este caso, tenía el deber de proteger su vida y la de los terceros presentes en el lugar. En estas situaciones se tienen que tomar decisiones en fracciones de segundo y ciertamente el policía no tenía más opción que no fuera neutralizar al delincuente. De hecho, hay que resaltar que el policía se observa en control y solo utilizo la fuerza necesaria y proporcional para neutralizar al asaltante. Esto se demuestra cuando una vez que el delincuente cayó, el policía no prosiguió disparándole.

Está comprobado que los delincuentes tienen más temor de ser atrapados que el tiempo a ser sentenciados. Esto significa que en la medida que el Estado siga siendo incapaz de esclarecer, procesar y lograr convicciones hay un reciclaje de delincuentes que siguen cometiendo crímenes sin ningún temor a ser procesados.  En este caso el asaltante había salido de prisión hacen tres meses.

El tema de gerenciar la seguridad del país es vital. Se debe tener una radiografía de la situación del crimen en el país de manera que se puedan hacer planes a corto, mediano y largo plazo. Recientemente se hizo una cumbre de seguridad, sin embargo, ni siquiera sabemos cuáles planes de esa cumbre han sido ejecutados o están encaminados.

Más que seguridad el país tiene un sentido de inseguridad. La falta de policías en adición a la gran desmoralización que existe en ese cuerpo ha traído consecuencias serias en la seguridad del país.  En este caso debe quedar claro que los policías tienen igual derecho a la vida que los delincuentes, que viven aterrando nuestro país cada día.

Sobre el autor:

El autor cuenta con más de 30 años de experiencia en el campo de Seguridad, tanto en el sector privado como en el gubernamental. Es egresado de la Academia Nacional del FBI en Virginia, fue Subdirector del Negociado de Investigaciones Especiales (N.I.E), Director de Seguridad Administración de Corrección y Rehabilitación, Asesor Auxiliar de Seguridad Publica del Gobernador, Consultor de Seguridad a nivel local e internacional y actualmente es gerente general de G4S Secure Solutions en Puerto Rico. Además es autor del libro Seguridad Para Todos y Coach Ejecutivo Organizacional de la ICF. Info: 787-641-3300 y pagan@pr.g4s.com

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