El destino del mundo profetizado por visionarios

Inter News Service

San Juan, 12 de julio de 2022- ¿Está el mundo abocado al fin de las soberanías nacionales y a un gobierno mundial único? ¿Acaso terminará convertido en una Federación Mundial de Naciones Unidas? ¿Cuán posible es que se cumpla la profecía bíblica, pero sin el anticristo y sí con una gobernanza colegiada de un organismo supremo mundial?

El avance en la tecnología cibernética de las comunicaciones sociales, los medios de transportación marítimos y aéreos cada vez más sofisticados que todavía es impredecible cómo terminará el ser humano trasportándose de un lugar a otro en la medida que avanzan los adelantos científicos y tecnológicos, están haciendo que el mundo se empequeñezca cada día más.

Con el empequeñecimiento conceptual del mundo, las naciones están destinadas a ser aldeas de un mundo reducido a un planeta de globalización humana unidimensional con un comercio globalizado.

Y mediante la disolución de las culturas nacionales en una cultura planetaria y la inmediatez de las comunicaciones con la desaparición de las distancias que nos hacen saber de manera inmediata lo que sucede en cualquier parte del mundo, es inevitable la disolución de las soberanías nacionales.

La concomitancia de la disolución paulatina de las soberanías nacionales producto de una nueva conceptualización de un mundo empequeñecido, será inevitablemente un gobierno planetario transnacional y mancomunado.

Para la mancomunación de un gobierno planetario, lo lógico sería la instauración de una Federación Mundial de Naciones Unidas bajo un mismo sistema de gobernanza. Y, paralelamente, la multiplicidad étnica de los seres humanos del mundo, terminará viéndose como la diversidad de una única e indivisible especie humana planetaria, transmutada en una humanidad sin naciones ni fronteras y de una cultura universal.

Esa es la utopía que se dibuja sobre la humanidad y el mundo en un futuro no muy lejano. Es el porvenir al que paso a paso el ser humano se encamina. Lo que -quizás sin proponérselo del todo- se va trazo a trazo construyendo. La mano invisible del destino que visionarios han venido desde siglos pretéritos profetizando.

Un gobierno planetario podría tener grandes bondades, pero no necesariamente terminaría siendo bueno y beneficioso para la humanidad. Todo depende de cómo se construya ese futuro. Pero todavía, y más importante: ¿quiénes y bajo cuál ideario se construirá ese futuro? 

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