No es un problema de familia

Periódico El Sol de Puerto Rico

Por Danny Hernández / Opinión

Todos somos familia, los primos son muchos y nos juntamos en algún momento de la navidad para comer, celebrar y ponernos al día en los caminos de cada cual. Eso es lo que normalmente ocurre en el quehacer boricua año tras año. Si se nos daña el carro o el acondicionador del aire en la casa o hasta para hacer la instalación del generador eléctrico a cualquiera le vendrá a la mente un primo que se dedique a eso para ocuparlo con la esperanza de que nos salga más barato. 

Precisamente eso NO fue lo que se le preguntó al gobernador ni mucho menos se le juzgó por ese parentesco. No era un asunto por ser familia. A simple vista resalta con solo mirar los apellidos que hay un parentesco obvio al ser un apellido tan peculiar como Pierluisi. En ese aspecto cualquier situación que llegue a la tribuna pública con algún apellido relacionado a alguien que ostente poder u ocupe una posición de envergadura va a ser cuestionado al respecto sin dilación alguna. Entonces, ¿Cuál es el problema? Sencillo, la mentira de Pierluisi. 

Si evaluamos las contestaciones del gobernador sobre el tema del allanamiento del FBI a sus primos, notaremos que desde el punto de vista técnico-legal nunca mintió. Sin embargo, ahondando la evaluación un poco más notaremos algo que vengo señalando como una debilidad o deficiencia de esta administración y específicamente por parte del gobernador en términos de sus comunicaciones y es la subestimación del público al que se dirige. 

El gobernador lleva 20 meses subestimando al pueblo e incluso al canal de comunicación que utiliza como lo son los medios de prensa, entiéndase a los periodistas. Ese es el problema de fondo una vez más en la comunicación de este gobierno del PNP con el pueblo. Agravado ahora con la subestimación a los periodistas que hacen las preguntas sobre diversos temas cada día.

Él trata de minimizar las preguntas para así mismo devaluar el tema y su importancia. Esto levanta malestar entre los periodistas que lo cubren y de inmediato ese malestar se traslada también a la gente que lo escucha. Decir en tono condescendiente que son primos terceros lejanos es intencionalmente un conato de despegarse de ellos. En efecto no los negó, solo trató de quitarle relevancia al parentesco. Las reacciones inmediatas demuestran que no fue efectivo, sino que al contrario elevó la discusión a tal punto que días después tuvo que retomar el tema para explicar que no se estaba distanciando. 

En política se dice que “el que explica se complica” y esta no ha sido la excepción. Lució desbalanceado en su explicación y muy temprano para colocarse a la defensiva lo cual me parece que es una gran señal de debilidad en plena mitad del cuatrienio. 

Usted debe detenerse antes de salir a atender asuntos tan serios como este, y discutir la mejor manera de decir la verdad con su equipo de comunicaciones. Es su deber comunicar con seriedad, firmeza, pero sobre todo con la verdad de frente. Debe tener en mente la intención de aclarar y satisfacer la opinión pública de una sola vez. 

El país busca la estabilidad y esta se fundamenta en la confianza. Los primos no son el problema sino la intención de que hasta hablando de sus primos se trate de hacer el “inocente” para tomarnos el pelo. 

El pueblo merece mas que nunca y lo exige, que se les hable de frente, sin ambages con toda la verdad desde el inicio. Solo así abriría la puerta a una estabilidad real cimentada en la confianza de la verdad. 

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