Mosquitos macho en el aire ponceño

Aseguran no pican a los humanos

Por Agustín Muñoz
El Sol de Puerto Rico

Ya se inició la liberación de mosquitos macho con la bacteria Wolbachia
en varias comunidades de Ponce lo que se prolongará hasta el mes de
diciembre. El propósito de ese despliegue de insectos es una posible
alternativa para reducir la cantidad del mosquito Aedes aegypti, vector
de dengue, Zika y chikungunya, enfermedades muy propias de la zona
tropical.

Se seleccionó a Ponce ya que históricamente este municipio ha tenido
un gran número de casos de dengue, zika y chikunguña.

Según el World Mosquito Program (WMP), la Wolbachia “es una
bacteria que vive de forma natural en el 60% de los insectos del planeta y se transmite de generación en generación por medio del apareamiento. 

Esta bacteria no (no) vive de manera natural en el mosquito Aedes Aegypti, pero al tenerla dentro de su cuerpo lo hace incapaz de transmitir virus que causan enfermedades como el dengue, el Zika y el chikungunya”. 

El objetivo del lanzamiento por la Unidad de Control de Vectores de Puerto Rico (UCVPR), un programa del Fideicomiso para Ciencias Tecnología e Investigación de Puerto Rico, es que una vez bacteria Wolbachia, esté presente en el mosquito Aedes Aegypti, impida su capacidad para transmitir los mencionados virus a
las personas.

“(El fin es) que estos se apareen entre sí y la bacteria se
transmita de generación en generación, hasta que toda la población
de mosquitos porte la bacteria”, dice el WMP.

De acuerdo con el comunicado de prensa de la UCVPR, el Dr. Stephen
Dobson, de Mosquito Mate, descubrió la cepa de esta bacteria que, al
colocarse en los mosquitos macho Aedes aegypti, y estos aparearse con
los mosquitos hembra del ambiente sin Wolbachia, los huevos que
pone la hembra no son viables. Se aclara que el mosquito macho no
pica.

Agrega que la tecnología para producir a gran escala y liberar
mosquitos macho al ambiente fue desarrollada por la compañía Verily
Life Sciences. Personal de esa compañía y técnicos de la UCVPR
diseñaron la ruta utilizando un sistema innovador de computadora con
tecnología GPS, que determina la cantidad de mosquitos a liberar por
zona y el momento específico en que debe ocurrir.

Este proceso se realiza utilizando los datos de vigilancia de mosquitos hembra que la Unidad ha recolectado por dos años.

El total se liberarán unos 1.5 millones de esos insectos por semana
hasta el mes de diciembre. La operación utiliza un vehículo
especializado.

La comunicación de la UCVPR cita a la Dra. Marianyoly Ortiz, su
directora asociada, al decir que “en las intervenciones realizadas con la
comunidad hemos obtenido un 80% de aceptación para el proyecto ya
que la Unidad estableció un proceso educativo antes de iniciar. Lo más
que la gente pregunta es cómo estamos seguros de que son mosquitos
macho que no pican”.

A renglón seguido explicó que esos mosquitos macho con la bacteria
Wolbachia se crían en grandes cantidades en un insectario. “En la etapa
de pupa se remueve el 95% de las pupas hembra con un filtro especial.
La pupa macho es más pequeña que la pupa hembra por lo que esta se
queda en la parte superior y el macho baja. Una vez separadas, las
pupas pasan a ser mosquitos adultos donde se elimina el resto de las
hembras utilizando las diferencias físicas entre el mosquito macho y la
hembra adultos”, expuso.

El WMP señala que el control biológico con Wolbachia
es autosostenible, por lo que es una medida asequible a largo plazo.
Además, ha tenido resultados positivos en otros lugares del mundo, es
un método seguro para la salud de las personas, animales y el medio
ambiente y no tiene ningún costo para las comunidades. 
La organización asegura que en zonas con altos niveles de Wolbachia,
no se evidencia transmisión del dengue. 

La liberación de los mosquitos macho en Ponce es una colaboración
entre los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC),
la Ponce Health Science University (PHSU) y la Unidad.

Se informó que Wolbachia se ha evaluado con éxito en estados como
California, Florida y Texas, además de otros países tales como Singapur,
Australia, México y Tailandia. Análisis de riesgo ambiental sobre esta
técnica indican que no se esperan efectos adversos en otros
organismos, humanos, ambiente o en especies en peligro de extinción.

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