Un templo que presagió los cambios
Periódico El Sol de Puerto Rico
Ponce / 30 marzo 2023- Con la entrada de los primeros militares tras la invasión norteamericana y la incursión de estos a los predios de la Iglesia Anglicana en la calle Marina de Ponce, hoy Iglesia Episcopal Santísima Trinidad, se repicó por vez primera la campana, hasta entonces silente, de esta parroquia, marcando un hito en la cultura religiosa del país, en aquel momento monopolizada por la doctrina católica apostólica romana.
Esta estructura, donada por la Reina Victoria de Inglaterra, luego de la debida negociación entre ambos gobiernos y recibida en segmentos que fueron ensamblados donde hoy sita, abrió su puerta lateral en 1872, observando las restricciones impuestas por el gobierno español, como no abrir bajo ningún concepto las puertas de su atrio principal, no repicar la campana, celebrar los oficios en inglés y no en el vernáculo criollo y tampoco adoctrinar en las afueras del templo.
Por tal motivo, el repicar campanil en 1898 por parte de la infantería estadounidense, fue sinónimo de la llegada de libertad religiosa, motivo por el cual la feligresía aun promulga con gran estima su lema: “Todo comenzó aquí”.
El color rojo de la puerta que ubica en el pórtico principal de la estructura simboliza, por un lado, la sangre de Cristo derramada en la cruz del Calvario y la instrucción de Jehová al pueblo de Israel para que pintara parte de sus puertas con la sangre de un cordero para que el ángel de la muerte no reclamara la vida de sus primogénitos antes de la liberación del pueblo en Egipto.
Cuenta el Reverendo Padre Amílcar Figueroa que, en las afueras de la iglesia, los mestizos y negros se sentaban de un lado y los blancos al otro.
¿Cómo normativa o restricción de la iglesia?, se le preguntó.
“No, por costumbre de las personas porque todavía había cierto racismo”.
Por su parte, el Reverendo Padre Francisco Morales, rector de la parroquia, abundó que, por un tiempo, “la iglesia se dejó regir por las leyes que habían, pero la iglesia luchó contra el racismo y luchó por la integridad”.
De este modo, se empezó con el trabajo en la comunidad y la idea del colegio como centro de cuido… el colegio vino a hacer ese trabajo social de la iglesia en la comunidad enfocándose en la necesidad de la época que era educar a los criollos, expuso el religioso.
En el 1997 una cápsula del tiempo fue colocada en la pared izquierda de la fachada del templo con datos sobre esta Parroquia y la Orden Episcopal de Puerto Rico. Para el año 2097 las misma ha de ser retirada con los datos inscritos.
“Para esa época”, continuó Padre Amílcar Figueroa, cuando la gente negra se reunía, salía de la iglesia y se iba aquí (señala hacia el área de la Concha Acústica) lo que es la calle de la abolición a reunirse. El parque (de la abolición) no estaba, pero la Plaza las Delicias y la Plaza Muñoz Rivera, era solo para personas blancas. Eso sería para el año 1880. Por eso tenemos aquí (al lado de la iglesia), el Parque de la Abolición, de ahí viene el nombre, de esas reuniones.
Convertidos ya en diócesis misionera e identificando que la salud, junto a la integración social y racial y la educación constituían los retos apremiantes en la ciudad de Ponce, surge la idea de un grupo de misioneros que llegó a evangelizar, entre ellos médicos, por ofrecer servicios ambulatorios de salud, similar a las clínicas de salud de la actualidad.
“Cuando vienen, estos misioneros se dan cuenta de la necesidad de salud… había mucha pobreza y muchas personas no tenían accesibilidad a la salud, pues dentro de ese trabajo misionero se le comenzó a brindar —a través de esa acción social— el proveerle ese cuidado de salud”, explicó el P. Francisco Morales.
Otro dato histórico es que esta fue la primera iglesia no católica romana en Puerto Rico y el hemisferio, por lo que se le considera como Iglesia Madre de este concilio compuesto por 55 feligresías en todo Puerto Rico, siendo, además, la que recibió los restos de Isabel Luberza Oppenheimer, conocida como Isabel La Negra, para ofrecer las exequias fúnebres tras su asesinato. Este dato —asegura el párroco Amílcar— está refrendado en las actas parroquiales.
Actualmente, la Parroquia Episcopal Santísima Trinidad ofrece servicios religiosos dos días a la semana, miércoles y domingo, acentuando el padre Francisco que han sufrido una reducción considerable en la asistencia, lo que adjudica a la merma poblacional en el país.
“Como dato curioso, ahora estamos utilizando la entrada principal pero por el tiempo de los temblores, cuando se nos volvió a permitir utilizar el templo, tuvimos unas pequeñas restricciones por parte de manejo de emergencias (Oficina Municipal para el Manejo de Emergencias —OMME) y tuvimos que volver a entrar por el lado y decíamos, oye regresamos al tiempo de España”, en alusión a las restricciones del gobierno peninsular durante las últimas dos décadas de 1800.