Un hombre de fe, solidario y adherido a la honestidad

Por Agustín Muñoz / Periódico El Sol de PR

Por más de 34 años, Don Valentín Hernández acompañó al licenciado Rafael Hernández Colón. Fue hombre de confianza al igual que Víctor Otaño, quien también estuvo cercano por más de tres decenios. Ambos hombres fueron testigos fieles de las alegrías y las aflicciones del exgobernador fallecido la semana pasada.

“La gente del pueblo de Puerto Rico, en su mayoría, conocía a Rafael Hernández Colón, político, pero no conocieron nunca la persona que hay en Rafael Hernández Colón, íntima. Aquel que se compadecía del sufrimiento de su gente, del pueblo que le pedía ayuda. Aquel hombre religioso que donde quiera que iba a estar lo primero que hacía era localizar una parroquia para no perder una misa”, atestiguó Hernández, quien fue su escolta desde 1985 y luego de retirarse como policía en 2004, continuó realizando labores en la oficina del exgobernador.

Hernández y Otaño coincidieron en que el expolítico y gobernante era un hombre de fe profunda que separaba una fecha durante el tiempo de Cuaresma para irse de retiro y acudir diariamente a misa durante ese período penitencial. Tampoco faltaba a misa cada domingo. “Era muy estudioso de la Biblia”, comentó Otaño, cuya relación con Hernández Colón comenzó siendo conductor del vehículo de su campaña para la gobernación en 1984, luego fue su mensajero personal y oficial de avanzada en la Fortaleza y más adelante en la organización de la Fundación Biblioteca en Ponce, la cual dirige en la actualidad.

El ex escolta Hernández habló sobre la sensibilidad del exmandatario y recordó que cuando murió su esposa, Hernández Colón lo acompañó literalmente en su sufrimiento. “Estuvo conmigo, venía y me consolaba. Ese es el tipo de persona que no conoce la gente”, expresó. Otaño, por su parte, destacó que su exjefe y amigo era muy respetuoso y gustaba de compartir sin distinguir el rango social, económico o político. 

En tanto, Hernández, tío del alcalde de Juana Díaz, confesó que se negaba a escuchar programas de políticos “porque no podía pasar a alguna persona que sin conocer(lo) llamara a equis estación (radial) y se expresara de una persona sin conocerla. Había que estar ahí para conocer a Hernández Colón, el hombre servicial”.

Agregó que estar al lado del expresidente del Partido Popular Democrático (PPD) era un aprendizaje constante al tiempo que acentuó que el hoy fenecido líder era un ser muy organizado.  Otaño recalcó que a su exjefe le molestaba que le mintieran porque para él era muy importante la honestidad.

Un detalle que resalta Otaño es que Hernández Colón solía probar si sus colaboradores cumplían sus encomiendas. En ocasiones, enviaba a dos personas por separado a una misma misión para corroborar si respetaban sus instrucciones. “Era de la única forma que podía asegurarse que las cosas se hicieran y como él quería que se hicieran”, comentó el ayudante.

Algo que Otaño resaltó del exgobernador y político fue que era muy metódico y cuidadoso al responder preguntas. Dijo que en situaciones de tensión se apartaba reflexivo y sereno en busca de posibles soluciones.

A Hernández Colón se le solía ver en actividades deportivas y gustaba de las bohemias musicales. Fue admirador del fenecido bolerista Felipe Rodríguez con quien compartió en muchísimas ocasiones, incluso en su hogar.

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