Ramón Hernández: Un legado musical que trasciende el tiempo
A Yan Carlos, que cada nota que toques sea un testimonio del amor que él dejó en tu corazón y en tu arte y en cada acorde, sigue su estela brillante.
Por Myriam E. Rodríguez Hernández / Especial para Periódico El Sol de Puerto Rico
La música tiene el poder de tocar nuestras almas y trascender más allá de la vida misma. Por tanto, honrar la memoria de un hombre excepcional, como lo fue mi primo Ramón Enrique Hernández Malavé, un virtuoso del requinto, fundador y director musical del Trio Guayanés se me hace necesario y justo. El virtuoso del requinto y orgullo del barrio Seboruco de Peñuelas, cuna de poetas, músicos y deportistas, donde creció entre calles llenas de historia, y donde su talento musical floreció con fuerza y gloria.
En ese rincón bendecido por la musa inspiradora, donde el aire se llena de ritmo y de notas guerreras, Ramón encontró su voz y su pasión, convirtiendo el requinto en un lenguaje de invocación. Desde muy joven, su alma y sus dedos, tejieron melodías que alimentan nuestros sueños, con cada acorde, él nos transportaba, a un mundo de emociones que nunca olvidaremos. Seboruco, testigo de su crecimiento, le regalo el valor y el temple que llevaba adentro, en cada trasteo del requinto se escuchaba, el alma y la historia de un barrio que nunca callaba.
A través de sus melodías, Ramón nos transportó a un mundo de emociones y recuerdos, dejando un legado perdurable en nuestras vidas. Desde temprana edad, Ramón mostró un inmenso amor por la música. Su inclinación hacia el requinto fue evidente desde sus primeros años, revelando un talento innato que lo diferenciaba de los demás. A pesar de no haber recibido formación musical formal, Ramón aprendió a tocar de oído, desarrollando su propio estilo distintivo que cautivaría a todo aquel que lo escuchara. Su dedicación y pasión se manifestaron en cada nota que emanaba de su requinto, transmitiendo emociones profundas y conmoviendo a su público.
Como fundador y director musical del Trio Guayanés, Ramón tuvo un papel fundamental en la evolución y el éxito de esta agrupación. Portaba como estandarte al río que baña las entrañas de nuestro pueblo Peñuelas. Su talento excepcional y su dedicación hacia el arte musical llevaron al trío a alcanzar niveles de reconocimiento inigualables. Bajo su liderazgo, el Trio Guayanés cautivó al público con sus exquisitas armonías y melodías únicas, dejando una huella imborrable en la historia de la música. Ramón no solo era un virtuoso del requinto, sino que también era un líder inspirador y un gran mentor para los demás miembros del trío.
Más allá de su talento musical, Ramón fue un hombre de familia devoto. Su amor incondicional por su esposa, Pura Torres fue un pilar en su vida. Sus hijas, nietos y yernos sus tesoros mas preciados. A través de su ejemplo, inculcó en ellos los valores de perseverancia, dedicación y amor por la música. Sus hijas llevan su legado en la música y el canto y su amor por el arte de generación en generación. Los cuatro nietos de Ramón también han sido influenciados por su legado, siguiendo sus pasos y explorando su propia pasión por la música. La llegada de su primera bisnieta es un testimonio viviente de la trascendencia de su legado y la semilla musical que plantó en su familia.
La música de Ramón Hernández no solo tocó los corazones de su familia, sino que también alcanzó a un público vasto y diverso. Su talento único y su capacidad para comunicar emociones a través de su requinto dejaron una marca indeleble en aquellos que tuvieron la fortuna de escucharlo. Su música trascendió las barreras del tiempo y el espacio, convirtiéndose en una fuente de inspiración para los artistas de la nueva generación. La profunda conexión emocional que logró establecer con su audiencia es un testimonio de su talento y de su habilidad para expresar lo inefable a través de su música.
Su partida el 18 de marzo del 2023 dejó un vacío en nuestros corazones, pero su música y su amor perduran. La memoria de Ramón Hernández, virtuoso del requinto, fundador y director musical del Trio Guayanés, vive en cada nota de su música y en los corazones de aquellos a quienes tocó con su talento. Su pasión, dedicación y amor por la música dejaron un legado imborrable en el pentagrama musical y en la vida de su familia. A través de sus tres hijas, cuatro nietos y su bisnieta, su legado musical continúa resonando, inspirando a las generaciones futuras a seguir su ejemplo y a perseguir sus sueños con pasión y determinación. En cada melodía, recordamos a Ramón como una figura excepcional y un regalo inigualable para el mundo de la música.