Periódico El Sol de Puerto Rico
Por Agustín Muñoz Santiago
10 de diciembre de 2021 – Para nosotros los puertorriqueños, el mes de diciembre es el más esperado. Significa mucho por nuestra creencia, cultura y tradiciones. Diciembre encierra un mundo de cosas. Decir diciembre es decir Navidad y no es menos cierto que decir que “la mejor Navidad la celebran los puertorriqueños”.
Como todo, hay un comienzo. Y, ese es el nacimiento de Jesús, el Mesías, el Redentor, el Dios con nosotros. Se asegura que fue en el año 350 D.C. que el Papa Julio I decretó que el nacimiento de Jesús debía ser celebrado el 25 de diciembre, lo que posteriormentre fue confirmado por el Papa Liberio en el año 354 D.C. Claro existen otras teorías sobre la fecha del nacimiento de Jesús.
Al saber la razón para la venida Jesús en esta época, cuando celebremos la próxima Nochebuena aprovechemos para renovar votos por la unidad de la familia, por el amor y los valores que le dan sentido al cristianismo.
¿Por qué luces en la temporada navideña?
El significado de las luces navideñas está íntimamente vinculado con el nacimiento de Jesús, pues, simboliza la llegada de la luz a un mundo oscuro.
En Puerto Rico y, en otras partes del mundo, antes de la llegada de diciembre, comienzan a llenarse los lugares de luces brillantes. ¿Por qué? ¿Sabe usted por qué se iluminan las casas, las calles?
En el Evangelio de San Juan, Jesús dijo a los judíos: “Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.” Además, también la Iglesia expone que “El que cree en Él, no permanece en las tinieblas.”
Nos recuerda Ceneida Gómez en el portal ‘Navidad en Puerto Rico’ que en muchos países se comenzaron a encender velas desde el 8 de diciembre día en el que los católicos celebran la Inmaculada Concepción de María hasta el nacimiento de Jesús. Es, “precisamente por eso, porque la Virgen tiene en su vientre al Niño, a la luz del mundo que iluminó toda la tierra hace más de dos mil años, en el momento que fue envuelto en pañales en un pesebre”.
“Tenemos la oportunidad de ir por la calle y ser conscientes de que esas luces no representan en realidad un “boom” comercial, sino más bien identificarlas con la luz de Cristo y también la nuestra, porque no olvidemos que los cristianos, en nuestro afán de querer parecernos a Jesús, estamos llamados a ser luz del mundo”, afirma.
Sumerjámonos en la historia de la celebración navideña, como la conocemos hoy en día. Existen datos que apuntan que gran parte de sus fundamentos se originaron en el siglo 19.
El hábito del uso de velas para decorar árboles de navidad se inició en hogares de clase alta en Alemania en el siglo 18. En la Biblioteca del Congreso se recoge que durante la temporada navideña de 1880 las primeras líneas de luces eléctricas se colocaron en el exterior del laboratorio del inventor Thomas Alva Edison en Menlo Park, Nueva Jersey. Edward H. Johnson, amigo de Edison y socio de la empresa Edison’s Illumination, montó la primera fila de luces para árboles de Navidad como reacción a los numerosos accidentes e incendios provocados con las velas que se utilizaban como decoración e iluminación en aquel tiempo.
En un artículo aparecido en la página de ‘vive USA’, se comparte el dato histórico de “que Johnson conectó a mano unas 80 bombillas rojas, blancas y azules y las enredó en su arbolito, el cual también giraba”. Según los informes, pasaron más de 40 años para que las personas tuvieran confianza en la electricidad y en las luces como decoraciones.
Menciona que el presidente Grover Cleveland aceptó y usó las luces eléctricas en los interiores en 1895 cuando él y su familia iluminaron la Casa Blanca con cientos de bombillas de colores. Fue en la Navidad de 1923 cuando el presidente Calvin Coolidge comenzó la tradición ´del encendido del Árbol Nacional de Navidad con más de 3 mil luces eléctricas al sur de la Casa Blanca en Washington.
Empero, la Navidad en Puerto Rico tiene otro significado adicional y es la cantidad de ramificaciones culturales y populares que nos hacen celebrarla con muchísima alegría y donde la música tiene un papel protagónico. Comenzamos en noviembre y terminamos en enero.
