Para largo el cierre del Parque Monagas de Ponce

Por Agustín Muñoz / El Sol de PR

El parque pasivo Julio Enrique Monagas de Ponce, uno de los lugares preferidos por familias locales y visitantes, luce devastado, pero las autoridades municipales confían en que pronto puedan devolverle el esplendor que una vez lo distinguió. Actualmente está cerrado tras la devastación causada por el huracán María.

De acuerdo con una comunicación enviada por el Municipio de Ponce, el Parque Julio Enrique Monagas es parte de los 29 proyectos que se sometieron a la Agencia Federal para el Manejos de Emergencias (FEMA en inglés) como etapa inicial de la reconstrucción de las propiedades municipales con daños. 

El Monagas está en la lista de las diez instalaciones municipales prioritarias en el plan de recuperación del gobierno de la alcaldesa María E. Meléndez Altieri. En ese inventario figura también el teatro La Perla y el Paseo Tablado La Guancha, entre otros, según Lourdes Martínez, directora de Comunicaciones.

“Actualmente culminó el proceso de someter documentación y se realizaron los correspondientes estimados de daños de las facilidades afectadas. El municipio se encuentra en espera del desembolso del dinero de FEMA para comenzar los trabajos de reconstrucción”, dice el escrito enviado al periódico El Sol de Puerto Rico. 

Dice que brigadas del parque, compuestas por entre 10 a 14 empleados, realizan labores de limpieza de las áreas verdes y también de remoción de material vegetativo en las 84 cuerdas de terreno que componen la propiedad. Además, una brigada pequeña de confinados y jóvenes del programa de trabajo de verano WIOA participaron labores de limpieza.

Cristal Bell, a cargo del parque en la Oficina de Fomento Turístico del municipio, explicó que aún no se tiene una fecha para la reapertura del lugar. “No hay fecha fija. Estamos esperando el desembolso de los fondos”, dijo.

El Parque Julio Enrique Monagas fue construido en 1994 durante la administración del hoy fenecido alcalde Rafael Cordero Santiago. Posteriormente, bajo la incumbencia del alcalde Francisco Zayas Seijo se sumaron otras 34 cuerdas a las 45 existentes, proceso que finalizó en 2007 a un costo de casi $19 millones y que lo convirtió en el parque recreativo más grande de la isla, según datos suministrados. Un año después de su reinauguración el número de visitantes alcanzó cifras millonarias.

Para ese entonces, se agregaron 72 gazebos, 500 estacionamientos 6 kioscos permanentes, una cancha de balonmano, una pista de patinaje, 2 trenes con 12 vagones, se construyó un lago adicional, un aéreas de juego acuático infantil con 12 barquitos pequeños, una tarima para espectáculos, 3 plazas acuáticas adicionales, un sistema de riego y un equipo de sonido que cubría todo el parque, de acuerdo con información recopilada.

Entre sus atractivos había aves exóticas, tortugas, entre las que figuraba una gigante de 125 años; cerdos enanos coreanos, gansos, razas de patos, variedad de peces en el lago principal e iguanas. La muerte se apoderó de esos animales, excepto las iguanas que se multiplicaron.

Antes del paso del huracán habían sembrados 547 árboles de 95 especies diferentes, se informó.

Aunque el parque pasivo fue centro de diversas actividades para estudiantes y familias en general, fue decayendo por la crisis económica municipal y presunta falta de atención. Previo al desastre dejado por el mal tiempo, en las redes sociales hubo diversas críticas por el mal estado del parque recreativo.

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