OPINIÓN: No a la violencia de género
Por: Dra. Samara Lugo Rullán/ Periódico El Sol de Puerto Rico
Psicóloga Industrial/Organizacional
La violencia de género en estos últimos años es una de las mayores causas de preocupación en nuestra sociedad y a nivel mundial. Hay que tomar acción para detener este tipo de violencia especialmente para la mujer.
No podemos tolerar más ningún tipo de violencia, ni hacia las mujeres, ni hacia los hombres. No al maltrato de ningún ser humano y de ningún ser viviente. Muchos menos, que ninguna mujer más muera a manos de quien espera que solo le brinde amor y protección. Veinticinco (25) mujeres asesinadas a manos de sus parejas es algo alarmante. Que esto, no sea más la causa de las primeras planas de nuestro país. Hablando de causas, ningún mal puede trabajarse desde los síntomas, tenemos que comenzar desde la raíz que provoca el problema para evitar que los síntomas sean mayores. Mientras esperemos solo trabajar con las víctimas de la violencia seguiremos teniendo más víctimas.
Es difícil cambiar una cultura machista, patriarcal de un día para otro, pero hay que educar, sobre todo a las nuevas generaciones. Quienes están creciendo en un mundo de violencia, de dificultades económicas, bombardeados de información no necesariamente positiva y muchos otros factores. Sin embargo muchos tienen una visión más tolerante a las diferencias individuales y quieren una mejor sociedad. No todo está perdido, hay muchos haciendo la diferencia pero no te enteras porque solo reseñan las cosas negativas y esa es la única percepción que tenemos. A pesar de eso nos falta mucho camino por recorrer para lograr un mejor país y disminuir las causas del problema y tener menos agresores.
Hombres y mujeres no podemos vernos como enemigos, vivimos en el mismo espacio. Si, somos muy diferentes en pensamiento y biología, pero somos ambos seres humanos. Humanos con derechos, a pesar que todavía lamentablemente las mujeres no han conseguido la igualdad total de derechos, hemos logrado mucho. Tenemos la capacidad de hacer más. Somos humanos que merecen respeto, para lograr desarrollarnos al máximo como individuos y profesionales. Las mujeres somos un eslabón primordial de la vida y de la sociedad en todo el sentido. Que nadie arrebate sus metas, su autoestima y deseos de vivir. Los hombres también juegan un rol importante y ambos juntos podemos lograr respetarnos como seres humanos de forma recíproca. Nadie es mejor que nadie, ambos somos humanos.
Hay que comenzar por resaltar las cosas positivas de ambos géneros, buscar la manera más idónea para aportar y lograr tener una mejor convivencia y una mejor sociedad. No todos los hombres son cavernícolas machistas que maltratan mujeres. También existen muchos o algunos hombres que son excelentes seres humanos, buenos padres, buena pareja y compañeros. Que colaboran con sus parejas en el hogar, en la crianza de sus niños, logrando familias funcionales donde el respeto y el amor están presentes siempre. Existen muchos hombres que apoyan, creen en la igualdad y en las capacidades de las mujeres. Ese comportamiento hay que aplaudirlo. Por lo tanto no generalicemos que todos van a matarnos y que todos son iguales.
Busquemos la manera de brindarles también a los hombres talleres de mejoramiento a nivel personal, social y laboral. Ofrezcamos también un lugar para que puedan buscar la ayuda necesaria para manejar sus situaciones, manejar sus frustraciones, coraje, entre otros, que no sea la cárcel ni a través del tribunal. Brindemos un servicio que sea voluntario, accesible y que les de las herramientas para una mejor convivencia y desarrollo como individuos.
De igual forma trabajemos con nuestros niños y niñas, a educar para una mejor socialización. No tan solo en la escuela con currículos de perspectiva de género, que no se trata meramente de preferencias sexual sino de cómo respetamos las diferencias individuales y como logramos la igualdad de derechos humanos. Pero sobre todo cambiemos la manera de educar en el hogar, con el modelaje de los padres. Erradiquemos de una vez por toda que las nenas son de la casa y los nenes de la calle, que los nenes no lloran, no demuestran sus sentimientos y que pueden tener un aren de novias a diferencia de las nenas.
Ese pensamiento machista tiene que cambiar. Y me duele decir que lamentablemente muchas de las veces son las mujeres quien lo inculca. Cambiemos esta conducta por una de mayor respeto, de tolerancia, de diálogo y entendimiento. Enseñemos tanto a nenas y nenes que pueden llegar hasta donde ellos quieran, que desarrollen sus capacidades al máximo y que aprendan a respetar a los demás a aunque no piensen y actúen de igual forma. Aprender a expresar sus sentimientos y a resolver los conflictos de forma inteligente sin lastimar a otros.
Busquemos ayuda cuando sea necesario y evitemos a toda costa comportamientos violentos con nuestra familia y en cualquier espacio de la sociedad. Unamos nuestros esfuerzos y busquemos el bienestar de todos. ¡No a la violencia!