Hermanas Dominicas sostenidas por la Fe
Periódico El Sol de Puerto Rico / Por Michelín Santiago
Guánica, PR- Por la carretera del barrio Palomas de Yauco… “Allí están las monjas”; era la frase de nuestro padre cuando siendo nosotros niños, nos llevaba al Balneario Caña Gorda en Guánica. Siempre prolongaba mi mirada a la antigua Hacienda Santa Rita, hogar de las religiosas, tratando de encontrarme visualmente con alguna de ellas -aupado en la ilusión de la infancia- pero nunca las logré ver.
Mas de cuarenta y cinco años transcurrieron y por fin conocí algunas de las devotas de las Madres Dominicas de Fátima.
De forma metódica, por 74 años, se han entregado a una labor social que nada ha podido detener, ni siquiera los terremotos de diciembre de 2019 y enero de 2020 cuando se hicieron trisas muchas estructuras, incluyendo los edificios principales de este convento edificado en el 1800. Ante la situación, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), solo les ofreció -como medida “paliativa”- la alternativa de un préstamo, opción que no consideraron viable.
Esto no ha amilanado el espíritu de perseverancia de estas siervas pues, según nos contó Sor María Judith, siempre, “a pesar del terremoto, a pesar de cualquier cosa, mantienen la alegría”.
“Cuando el terremoto, el día que yo lloré… bueno fue un día que me levanté y puse el pie en el piso y se había inundado todo donde nos habían puesto las casetas y ese día dije, ¡ay, Dios mío!, y me dio un sentimiento. Pero después me puse a reír de mí misma; yo dije, pero, por qué tú lloras”, manifiesta Sor Judith, quien es una de las consejeras de esta orden.
Sor Maristella y Sor María Judith son hermanas gemelas y pertenecen a la congregación en Guánica.
Ese momento fue descrito por la religiosa como otra experiencia divina al reseñar que, “fue, bueno como la providencia, pues en ese mismo momento llegó un grupo de la nada y nos dijeron; aquí estamos en que ayudamos…vamos a mudarlas y nos mudaron. Y nosotras nos quedamos… ¿De dónde ellos salieron? Porque fueron como ángeles, de verdad”, rememora Sor Judith, quien también ocupa el cargo de secretaria general de la orden.
Esta hermandad de religiosas, fundada por la Madre Dominga Guzmán, inició su peregrinaje de servicio en una capilla abandonada el sector la Trocha en Yauco. Algún tiempo transcurrido y, según creció la congregación, Madre Dominga paso frente a las facilidades que hoy ocupan en Guánica encontrándolas idóneas para su mudanza. El proceso de adquisición fue establecido mediante una deuda al titular; deuda que luego fue condonada por un dólar. “Es algo como milagroso… yo digo, la fe de nosotros junto con el amor y, el Señor pone lo demás”, atestigua Sor M. Judith.
Acudir y evangelizar en los hogares, para escuchar las necesidades de las familias, es su apostolado primordial. Esto ha promovido el interés de los ciudadanos por prestar servicio voluntariado o allegarse hasta las inmediaciones del convento a recibir orientación. Otros acuden a rendir su fe a través de rezos junto al gigantesco rosario de 41 pies de altura colocado cerca del estacionamiento.
A causa de la crisis en la iglesia a nivel mundial por la falta de sacerdotes para oficiar misas, este año el convento mantendrá abiertos sus portones durante toda la Semana Santa con el propósito de que, toda persona que desee visitar las instalaciones a modo de meditación, oración, retiro o participar del viacrucis sientan la libertad de así hacerlo.
Sor M. Judith explicó que, la mayor fuente de ingreso para el sostenimiento de esta comunidad religiosa es mediante la elaboración de las hostias y labores en las diferentes parroquias. De ello se nutre “el fondo común”, con el cual, además, sostienen misiones en otros países.
Marché del Santuario de las Madres Dominicas de Fátima en Guánica bajo la sensación de haber estado antes en el lugar y la determinación de volverles a visitar; llevando conmigo -por partes iguales- los recuerdos del ayer y la experiencia de hoy- por la carretera del barrio Palomas… ¡Allí están las monjas!