El paciente con diagnóstico de cáncer y el profesional de enfermería
Por Joann Quiñones Vélez, Enfermera Oncóloga, Dra. Mónica Santiago Casiano, Hematóloga-Oncóloga / Periódico El Sol de PR
En nuestro escenario de trabajo, nos enfrentamos día a día con una persona activa llena de sueños, metas y anhelos afrontando un diagnóstico de cáncer. Surgen dudas e interrogantes a un largo y desconocido proceso de tratamientos que conlleva aceptación y cambios. La enfermera especialista en oncología tiene una ardua tarea junto con el equipo multidisciplinario de profesionales de la salud para dar luz en el camino ofreciendo herramientas para lograr detener la enfermedad con éxito.
Como enfermera oncóloga, aplico un modelo de adaptación de una de las mejores maestras de la enfermería de todos los tiempos; Sor Callista Roy, graduada en el 1966. Su modelo es usado para capacitar enfermeras en todo el mundo y se distinguió por sus aportaciones como enfermera pediátrica. Según Sor Callista Roy, el individuo es un sistema biológico que trata de adaptarse dentro de su entorno. El paciente con un reciente diagnóstico de cáncer le cambia la vida en un instante. La enfermera capacitada debe realizar dos tipos de acciones: ofrecer el tratamiento indicado por el médico subespecialista en este caso el Oncólogo y no olvidarse de los diferentes roles del paciente en la sociedad.
Por ello, el modelo de adaptación es una herramienta esencial que nos ayuda a cumplir con el objetivo. Las intervenciones y la planificación de enfermería debe estar centrada en proporcionar todo aquello que el paciente necesite para adaptarse a los cambios físicos que conlleva los largos tratamientos de las quimioterapias; y a su vez vencer los miedos e integrarse a la sociedad sin perder su independencia, observando al paciente como un ser humano biopsicosocial, un ser que está en constante interacción con el entorno, puede lograrlo.
Nuestra meta como profesionales de la salud es ofrecerle toda la educación al paciente para que cubra todas sus necesidades básicas de autocuidado. Una vez aplicado será más fácil que el paciente pueda mantener su independencia y su salud emocional. No hay que olvidar que además, el paciente con un diagnóstico de cáncer lo primero que sufre y el gran impacto de este proceso son los altos costos de tratamientos que sin duda crea una problemática familiar y social. El apoyo psicológico y espiritual deben estar presente desde su primera visita al médico. Es importante que el paciente sienta todo el apoyo; además la familia y su cuidador es parte fundamental de su recuperación. Aplicar todos nuestros conocimientos es nuestra labor, esto nos hace enfermeras y profesionales de la salud empáticos y humanistas en todo el sentido de la palabra.
Realizar un plan de tratamiento es indispensable y es parte de nuestro trabajo para acompañar al paciente en el proceso y juntos llegar a la meta. Las enfermeras que ofrecen servicios en las clínicas de oncologías estamos comprometidas a encaminar el paciente en su proceso de enfermedad para que logre su sanación con ayuda de lo espiritual, ante todo.
Según, Sor Callista Roy cuando integramos el concepto biopsicosocial que tiene un enfoque participativo de salud y enfermedad y a su vez postula el factor biológico, el psicológico como los pensamientos, emociones y conductas además de los factores sociales, es una de las mejores intervenciones de enfermería; por que desempeñan un papel significativo de la actividad humana en el contexto de salud, enfermedad y vida.
En mayo se celebra la semana de la enfermería y semana de los profesionales de la salud donde honramos al paciente con un diagnóstico de cáncer como un ser especial que a lo largo de su vida le tocó vivir una de las batallas más dura de la vida. Recordándoles que hay esperanza de vida y estamos presentes con nuestros conocimientos y el creador de nuestras vidas, Dios. ¡Él preparó a mi equipo para ayudarte!