“El atropello de los altos salarios” destapa la realidad puertorriqueña
Por Agustín Muñoz – El Sol de PR
El cuestionamiento y el grito de basta ya asociado al monumental salario que pudo devengar el fugaz Director Ejecutivo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), Rafael Díaz Granados, se asemeja “al esclavo que le rompieron la espalda”.
Sin embargo, esa queja se traduce en impotencia y ausencia de acción que realmente dramatice el grado de contrariedad que siente un gran segmento de la población ante lo que llaman “el atropello de los altos salarios” en la cúpula del servicio público.
Consistentemente en las redes sociales, se lee el descontento, incluso de algunos líderes legislativos, ante los elevados salarios que reciben funcionarios públicos como los jefes del Departamento de Seguridad Pública, la Secretaria de Educación, el dimitente Director Ejecutivo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y otros contratistas, algunos allegados a la Mansión Ejecutiva. El razonamiento detrás del cuestionamiento se fundamenta en la precaria salud financiera del gobierno y las medidas de corte económico que afectan el bolsillo de la clase menos privilegiada.
La pólvora que detonó la crisis que desembocó en la renuncia de la Junta de Gobierno de la AEE, incluido Díaz Granados, fue la paga de $750 mil por año que recibiría el hoy exfuncionario de la corporación estatal. Aunque al principio el gobernador Ricardo Rosselló justificó el alto salario, posteriormente rectificó y ordenó que se redujera el mismo lo que trajo como corolario la salida de la mayoría de los directivos de la AEE.
Para el sociólogo Gary Gutiérrez, la reacción de los diferentes sectores ante los altos salarios mencionados responde a que se niegan a aceptar “que se han dejado coger de tontos por tantas generaciones”.
“Nos negamos a admitir que nos han cogido de idiotas por tantos años, haciéndonos creer que somos un pueblo democrático. El pueblo está catatónico, como el esclavo que le rompieron la espalda y no sabemos cómo reaccionar a esto”, analizó Gutiérrez.
Para el analista, ante las presentes circunstancias, “ya el pueblo está rebelándose ante la creencia de que los partidos políticos velaban por los intereses de la gente, que Estados Unidos no nos dejaría pasar hambre y otros cuentos de camino y que obviamente no son ciertos”. “Ya el sistema se quitó la máscara”, consideró.
La opinión pública, según la comunicología, no es la opinión del público, sino opinión que va al publico y va filtrada por los intereses políticos que en este momento parecen estar en contra del gobernador aun dentro de su partido, a juicio del comentarista ponceño.
Destacó que situaciones como las descritas, quizás, en cualquier otro país hubiese provocado “por lo menos a una pedrá a uno de los cristales de la AEE”. “Con la violencia del Estado hacia los pobres exigiendo que paguemos una deuda que en última instancia cogió la clase política y se la robó la clase política, por lo menos alguien hubiese cogido una pedrá”, reiteró.
Gutiérrez mencionó que la insatisfacción hacia “los de arriba” algunos la descargan con violencia “hacia los de al lado” por medio de la delincuencia e incluso aludió al incremento en el número de suicidios en el país.