Cavilando bajo la tenue luz de lámparas de gas propano y linternas de baterías durante los apagones en las noches
Por Rafael Santiago Medina / Inter News Service
San Juan, PR / 29 de septiembre de 2021 – Bajo la tenue luz de lámparas de gas propano o linternas de baterías en las noches durante los continuos apagones selectivos por el déficit de generación de energía eléctrica para poder suplir a cabalidad la demanda energética, es imposible no pensar que Puerto Rico es un país tercermundista bajo la tutela política del imperio militar y económico más poderoso del planeta en estos momentos.
La idea de progreso económico que se creía existía en Puerto Rico ahora se sabe fue un simple espejismo creado por la propaganda mediática que sustenta el actual sistema político imperante en el país y la claque política dominante.
Puerto Rico se ha quedado realmente detenido en el tiempo. Su ritmo de progreso económico no era sostenible y era mera apariencia resultante de la dependencia colonial del asistencialismo y ayudas de Estados Unidos que se acrecienta con el tiempo. El movimiento por inercia de la Operación Manos a la Obra de la era de Luis Muñoz Marín se detuvo. Puerto Rico se quedó detenido en el tiempo de décadas anteriores.
Un elemento infraestructural necesario para el progreso económico del país es su sistema nacional de electrificación. Sin eso no puede haber progreso. Y el sistema eléctrico del país colapsó. Se ha venido abajo.
La orden del día actualmente son los apagones de su sistema eléctrico debido a la crasa deficiencia generatriz. El sistema de electrificación no es capaz de suplir a cabalidad la demanda energética, a pesar que ésta ha ido aminorando durante los últimos quince años.
La razón de ese decrecimiento de la demanda de electricidad es principalmente que Puerto Rico se ha ido despoblando a causa de una incontenible emigración a Estados Unidos en busca de progreso económico y una mejor calidad de vida, que en muchos casos la población que emigra no consigue allá.
Algo un tanto similar está sucediendo con el servicio de agua potable y la disposición de las aguas usadas a través del sistema de alcantarillados. También sucede lo mismo con otros servicios esenciales requeridos por la población. Es por lo que la emigración a Estados Unidos se ha convertido en una válvula de escape.
Hay deterioro, igualmente, de la red infraestructural de carreteras y avenidas llenas de boquetes y derrumbes en las áreas laterales de las vías de tránsito vehicular en vecindarios rurales. Puerto Rico llegó ser uno de los países del mundo con mayor extensión lineal de carreteras y avenidas diseminadas en su territorio. Hoy gran parte de ellas están intransitables.
La capacidad de innovación en Puerto Rico se encuentra hoy día en niveles de mediocridad cuando se compara con otros países del mundo. Y este es un factor esencial para la atracción de capital de inversión. La industria del país se ha ido paulatinamente descapitalizando.
Sumido en el tercermundismo y en un cada vez mayor deterioro de toda su infraestructura, Puerto Rico navega económicamente por aguas procelosas sin un rumbo definido.