A disfrutar sin menoscabar la calidad del ambiente
Por Agustín Muñoz / El Sol de PR
La zona costera del suroeste posee hermosas playas para el disfrute ciudadano, pero el descuido voluntario de sus visitantes modifica y deteriora, lamentablemente, la calidad del ambiente en esos lugares. A eso se agregan las descargas de aguas sucias provenientes de residencias y negocios descuidados.
A lo anterior, igualmente se suma la contaminación debido a las escorrentías pluviales, la contaminación de ríos y otros afluentes, vecindarios sin alcantarillado sanitario o pozos sépticos con mantenimiento inadecuado.
Empero, las actividades de los seres humanos son las que más menoscaban las zonas costeras de la isla. Pero, ese problema no es solo de Puerto Rico, sino es una grave situación que afecta a la mayoría de las playas del mundo.
“Se pueden desarrollar diversas actividades recreativas y otra índole, disfrutar de los paisajes y los recursos que nos ofrece la naturaleza sin alterarlo ni dañarlo. No es para eso que venimos a las playas, como por ejemplo aquí en Playa Santa”, expresó Junior Ocasio, quien acostumbra a visitar la playa de Guánica con familiares y amigos.
En tanto que Jackeline Tricoche, acompañante de Ocasio, expuso que las playas, el mar y todo lo que hay en él, es importante para conservar el equilibrio ambiental y que las futuras generaciones puedan disfrutar de nuestras bellezas naturales.
Bajo la Junta de Calidad Ambiental (JCA) está el Programa de Monitoria de Playas y Notificación Pública cuyo propósito es que los bañistas reduzcan el riesgo de desarrollar enfermedades cuando se exponen al usar una playa que este bajo aviso de contaminación bacteriológica. El parámetro utilizado para evaluar la calidad del agua en las playas en términos bacteriológicos es enterococos, un indicador de la posible existencia de patógenos en el agua. Los patógenos son microorganismos causantes de enfermedades y viven en el intestino grueso de los seres de sangre caliente. Las enfermedades más comunes causadas por patógenos, por bañarse en aguas contaminadas por heces fecales, son infecciones de ojos, oídos, piel, enfermedades del tracto respiratorio y del tracto gastrointestinal.
Cuando la JCA advierte que una playa tiene bandera amarilla significa que no recomienda su uso por los bañistas, precisamente por la presencia de enterococos. El Área de Calidad de Agua (ACA) de la JCA y su División de Muestreo de Agua moviliza su personal a 35 playas de uso constante, según designadas por la Junta de Planificación (JP). De igual forma la Red de Monitoria de Aguas Costaneras, operada por la JCA, consta de 103 estaciones de monitoria ubicadas alrededor de las costas de la isla. La red monitorea un total de 419.01 millas del litoral costanero de Puerto Rico. Los muestreos se realizan cada dos meses para parámetros físicos, químicos y bacteriológicos. Si los resultados exceden los parámetros bacteriológicos, se realiza un re-muestreo y de este exceder el estándar, la JCA clasifica la playa como no apta para el uso de contacto directo (natación).
El informe más reciente de la JCA, fechado en mayo pasado, revela que todas las playas del sur son aptas para bañistas.
Descomposición de los desechos en el mar
Colillas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recoge que, bajo los rayos del sol, una colilla con filtro puede demorar hasta dos años en desaparecer. Si cae en el agua, la desintegración es más rápida, pero más contaminante.
Latas de cerveza o refresco
En 10 años tarda la Naturaleza en transformar una lata de gaseosa o de cerveza al estado de óxido de hierro.
Acero y plástico
De acero y plástico, los encendedores desechables se toman su tiempo para convertirse en otra cosa. El acero, expuesto al aire libre, recién comienza a dañarse y enmohecerse levemente después de 10 años.
Botellas de plástico
Las botellas de plástico son las más rebeldes a la hora de transformarse. Al aire libre pierden su tonicidad, se fragmentan y se dispersan. Enterradas, duran más.
Bolsas de plástico
Con las bolsas de plástico, la Naturaleza suele entablar una “batalla” dura contra ese elemento y puede tardar hasta 150 años.
Vasos desechables
Los vasos desechables de polipropileno contaminan menos que los de poliestireno material de las cajitas de huevos. Pero también tardan muchísimos años en transformarse.
Botella de vidrio
La botella de vidrio, en cualquiera de sus formatos, es un objeto muy resistente y su descomposición puede tardar hasta 4,000 años.
Recomendaciones
La JCA recomienda que los bañistas tomen en consideración que luego de eventos de lluvias continuas no deben tener contacto con cuerpos de agua hasta que transcurran veinticuatro (24) horas luego de que estos hayan finalizado, ya que están más propensos a adquirir enfermedades infecciosas ocasionadas por estos organismos patógenos. Asimismo, los bañistas deben alejarse de las desembocaduras de los cuerpos de aguas y de las tuberías utilizadas para las descargas de aguas de lluvia a la playa.