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Santo Domingo, 26 agosto de 2022.– La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y el Ministerio Público confiscaron un arsenal y millones de pesos durante allanamientos practicados en dos provincias del país y que culminaron con dos personas arrestadas.
Los detenidos son Gregory Alberto Diplán Guichardo y Juan Miguel Almonte Padilla (alias “Colita”), según explicó el presidente de la agencia antinarcótica, vicealmirante José Manuel Cabrera Ulloa, a través de su vocero Carlos Devers.
La acción formaba parte de una investigación transnacional que en la que confiscaron seis fusiles, dos pistolas y 6,796 balas, así como más de cuatro millones de pesos y más de 17 mil dólares (lo que suma un equivalente a unos 91 mil dólares).
En los operativos del caso denominado KAF participaron 10 fiscales encabezados por el titular de Santiago de los Caballeros (región Norte), Osvaldo Bonilla, y agentes de la Dirección Táctica de Investigaciones Sensitivas (Ditis) de la Dirección Nacional de Control de Drogas.
Las autoridades practicaron intervenciones domiciliarias en el barrio Cristo Rey del Distrito Nacional; la Villa Olímpica, Los Frailes, en Santo Domingo; y en la comunidad Licey al Medio, de Santiago.
“La Dirección Nacional de Control de Drogas desarrolla, junto al Ministerio Público que encabeza la magistrada Miriam Germán Brito, una nueva visión de la persecución del crimen organizado”, señala un comunicado de prensa.
Indica que “se trata de una lucha más estratégica y técnica que tiene como objetivo esencial desmantelar las estructuras criminales, no solo hacer ocupaciones o arrestos aislados”.
“Tanto en estas operaciones, como en otros anteriores, los resultados obtenidos demuestran que esta nueva visión de combate al crimen organizado está dando resultados sin precedentes que, necesariamente, deberán traducirse en un ambiente social de mayor seguridad ciudadana”, afirmó.
Explicó que la investigación, que llevaba varios meses, se efectuó con la cooperación internacional de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA).
Los fiscales del caso KAF allanaron el local de la empresa Quisqueya Shipping, ubicado en la calle Marginal Las Américas del sector Los Frailes.
Los operativos incluyeron la incautación de 6,689 municiones calibre 9mm, así como nueve cargadores para fusil calibre 5.56 x 45, marca PRO MAG.
También dos cargadores para pistola 9mm tipo tambor y uno para pistola del mismo calibre, con capacidad para 31 balas.
En Santiago se incautaron 2,650 municiones 9mm, 2,476 calibre 5.56, 700 calibre 25mm, 343 calibre 380mm, 213 calibre 38, 36 calibre 40, 66 de 12mm, 135 calibre .357, 27 calibre 22, cinco calibre 44 y 145 calibre 7.62mm.
El cargador que posee un cartucho de calibre 5.56 x 45, marca PRO MAG contiene una bala de tres gramos que es disparada a una velocidad de 990 metros por segundo, que equivale a tres veces la velocidad de disparo de los cartuchos de una pistola moderna. Estos cargadores fueron creados para fusiles de largo alcance y grueso calibre.
Los tiros viajan tres veces más rápidos que la velocidad del sonido, por lo que al impactar en el cuerpo llevan una carga de energía cinética (energía producida por el movimiento del proyectil) demasiado alta que puede penetrar las cavidades y destruirlas a su paso.
Estas herramientas utilizan municiones tan finas y pequeñas que pueden llegar a destruir sistemas nerviosos, perforar órganos y causar la muerte al perforar órganos vitales. Aunque no puede atravesar autos o paredes, debido a su delgadez es extremadamente nociva contra los seres humanos o animales.
Según las explicaciones de Vincent Dimaio, patólogo estadounidense experto en el tema, la potencia asesina de las armas con este calibre es que sus balas están diseñadas para no atravesar el objeto de manera directa, sino dar vueltas al impactar dejando aberturas de unos 12 centímetros de ancho. Destruyen todo el tejido a su paso, y al chocar con un hueso puede fracturarlo o quedarse atascado dentro de la cavidad ósea, causando la muerte.
