Hay “encantadores de estadísticas” en el DTRH, como encantadores de serpientes en el Oriente

José Alameda

Inter News Service

Por Rafael Santiago Medina

San Juan, PR /13 de abril de 2022 – Así como en el Oriente existen encantadores de serpientes, aquí en el Gobierno de Puerto Rico tenemos los “encantadores de las estadísticas”.

Ni la estadística oficial sobre participación laboral y de empleo y desempleo es confiable, como tampoco lo es la estadística relacionada a la tasa inflacionaria actual en Puerto Rico. Ambas son estadísticas del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH)

Las estadísticas de Empleo y Desempleo en Puerto Rico reflejan que el 77.5% de los que entraron a la fuerza laboral fueron principalmente mujeres que realizan trabajos domésticos, así como personas que salieron o se graduaron de las aulas escolares e incapacitados que regresan a la fuerza laboral.

Según esas estadísticas, de ese 77.5% que regresa a la fuerza laboral, 53.2% fueron incapacitados rehabilitados o curados de su incapacidad, con lo cual la tasa de participación laboral no ajustada estacionalmente en febrero de 2022 incrementó y se ubicó en 44.7%.

Acorde con el informe, en febrero de 2021, había 237,000 personas incapacitadas y para la misma fecha del 2022 disminuyeron a 178,000, lo que para efecto de calcular la tasa de empleo y desempleo significa que un total de 59,000 personas incapacitadas se insertaron en la fuerza laboral.

Economistas y estadísticos indican que estos datos del Informe del Grupo Trabajador -que son el resultado de encuestas mensuales que se realizan en 3,000 hogares, ni son certeros ni reflejan la realidad, debido a defectos en la metodología utilizada.

Según estos expertos, la metodología utilizada para las estadísticas del DTRH no corrobora el estatus laboral de los participantes y no es explicativa del repentino retorno de incapacitados a la fuerza laboral, ni en virtud de qué se da esa repentina rehabilitación laboral.

Se supone que habiéndose declarado incapacitados, se trata de un sector laboral que no puede trabajar ni figurar entre las personas que están activamente buscando trabajo.

En un reportaje publicado por El Vocero, se indica que el economista José Alameda, quien analizó el reporte del DTRH, cuestiona de dónde viene el aumento de estos trabajadores y qué ha pasado con este grupo que se supone no esté capacitado para laborar, en alusión a los incapacitados.

“El Informe dice que 14,000 personas que realizaban oficios domésticos (mayormente mujeres), más 13,000 que estaban en la escuela y los incapacitados, entraron a la fuerza laboral. Estos tres grupos representaron el 77.5% de los que entraron a la fuerza laboral, pero los incapacitados son el 53.2%”, se cita a Alameda en una de sus afirmaciones al respecto.

Para el economista estos datos son una sorpresa y entiende que las estadísticas podrían estar cuantificando a las personas fallecidas, las que han emigrado a Estados Unidos y otros que podrían haber estado incapacitados temporeramente y que han vuelto a trabajar, pero la realidad es que se desconoce el paradero de estas 59,000 que dijeron que ya no están incapacitados, se dice en el artículo.

También se cita al exsecretario del Departamento del Trabajo, Carlos Rivera, confirmando que los datos de las encuestas manuales que realiza el DTRH no son necesariamente exactos porque toda encuesta manual tiene un margen de error, contario los mecanismos electrónicos que corroboran datos reales como las nóminas de los patronos.

“Se han venido trabajando las estadísticas que manejan empleados que salen a la calle y encuestan con una metodología del gobierno federal con la que levantan los datos, pero no hay certeza, y eso es lo que se está buscando con la plataforma del Desempleo para acceder a la base de datos, y la información sea a tiempo real”, expresó Rivera sobre el sistema tecnológico implementado durante la pandemia.

Por su parte, al también exsecretario del DTRH, Ruy Delgado Zayas, se le cita en el reportaje periodístico alegando  que definitivamente los datos provenientes de cuestionarios a los hogares, no son reales. “Estos números del DTRH no son veraces hace tiempo. Si vemos la encuesta que se hace casa por casa versus la que se realiza por establecimiento por patrono, los números que informan los establecimientos no concuerdan con los que surgen de la encuesta casa por casa”, señaló Delgado Zayas.

Igual que con la estadística oficial de participación laboral, empleo y desempleo, sucede con la estadística sobre inflación también del DTRH. Mientras en los Estados Unidos la inflación se situó al cierre de marzo en 8.5% —que es el nivel más alto en los pasados 40 años— en Puerto Rico se habla de que alcanza el 4.7%, cifra que los economistas coinciden en que no es real porque se sustenta en una canasta que data de 2006.

En el encantamiento de las estadísticas que se hace en Puerto Rico, como se hace en el Oriente con las serpientes, se excluye en el Índice de Precios de las estadísticas sobre inflación el coste de la energía y de la transportación, los cuales han tenido al presente un alza de 18.4% y 32%, respectivamente.

La exclusión del costo de la energía en el Índice de Precios, es uno de los elementos en que los economistas sostienen que la inflación en Puerto Rico está por encima del 4.7% que publica el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos.

Un análisis realizado por el economista Alameda revela que muchos de los principales productos y servicios que utiliza el puertorriqueño han registrado un aumento de doble dígito entre enero de 2021 a enero de 2022.

Durante este periodo la inflación no era tan elevada, por lo que no descarta que el crecimiento en este mes de abril, sea aún más significativo.

El combustible para motores y otros usos ha registrado un alza de 32%, el alojamiento fuera del hogar 31%, el transporte público 24%, el combustible para la vivienda 24%, y los alimentos —como las grasas, aceites y aderezos, huevos y carnes— han registrado aumentos que van desde 11% hasta el 19%. 

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