70 años no son nada

Danny Hernández

Periódico El Sol de Puerto Rico / Opinión

Por Danny Hernández

El pasado 25 de julio nuestra constitución cumplió 70 años. Aunque suena a muchos y usualmente cualquier existencia de tres cuartos de un siglo suena a vejez o al menos sonaría a que ya es suficiente. Sin embargo, nuestra constitución al cumplir setenta años es una robusta y en su ámbito muy joven. Lo que se traduce en una constitución moderna y a la altura de sus tiempos. Ese solo hecho en cualquier otro país sería motivo de gran orgullo y una distinción que los ciudadanos estarían celebrando o hasta presumiendo de ella.

Pero, muy lamentablemente nuestra condición de estatus a la que algunos aún rehúyen llamar por su nombre deja ciegos a la mitad de nuestra población porque lo conciben como un asunto partidista. Y es que precisamente el Partido Popular Democrático adoptó la constitución como uno de los portaestandartes de su filosofía. Han abrazado la constitución del ELA como su mayor logro social. El Estado Libre Asociado se concibió desde esa constitución y a raíz de eso se torno en la bandera popular de identidad de los “populares”.

Aunque suene contradictorio la realidad es que ese hecho de convertir la constitución del pueblo en algo partidista ha evitado desarrollar el orgullo de identidad para todos los demás que no comulgan en el PPD. Los estadistas aborrecen una constitución que desde su punto de vista nos sumerge en un estatus colonial indigno. Los independentistas llegan al colmo de burlarse de la carta magna porque la misma esta supeditada al congreso de otro país.

Y vale la pena recordar que, en los orígenes de esta, el congreso de EEUU mandó eliminar algunas de sus cláusulas (por ejemplo, la que consignaba como algo supremo el derecho al trabajo) y condicionó su vigencia a que no estuviera en contravención con ningún asunto contenido en la constitución norteamericana. Y aunque ese hecho pone de relieve nuestra inequívoca condición colonial, no elimina los asuntos que rige en nuestra vida cotidiana de forma eficiente y ordenada. Sobre todo, en la manera en que aquellos puertorriqueños ilustres pudieron sentarse a la mesa para construir desde la convergencia y no destruir desde las intolerancias.

Lo mejor sería que hoy pudiéramos deponer las armas y levantar las herramientas. Que cesaran los ataques de un lado hacia los que protestan contra el gobierno tildándolos de comunistas y terroristas. Mientras, del otro lado las protestas de unos sectores que luchan contra el orden simplemente porque sí. Estamos en una encrucijada que no nos permite levantar la vista mas allá y surgir desde la convergencia positiva. La intolerancia no es buena para nadie ni ayuda en nada a las soluciones que necesitamos.

Estoy seguro de que dentro de la estadidad o bajo la independencia, nuestra constitución de 70 años, puede ser la base fundamental, no solo por su letra sino por el ejemplo sucinto de como fue confeccionada y defendida por hombres de todas las creencias y sectores que buscaban el bien común de la patria.

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