50 años del “Hit 3,000”
Periódico El Sol de Puerto Rico
Por Yasinia Rodríguez Sepúlveda
Ponce / 16 de septiembre de 2022 – En Puerto Rico el béisbol es más que un deporte, es una fuente de conexión que trasciende las generaciones y para muchas personas es un estilo de vida. Muchos jugadores han marcado la vida de grandes y chicos que viven con el anhelo en convertirse en uno de ellos. La pasión por el diamante ha sido tema de discusión y análisis en cada hogar boricua, pero sin lugar a dudas en cada conversación de béisbol hay un denominador común, Roberto Clemente.
Considerado por muchos como el mejor jugador de todos los tiempos, Clemente se destacó por ser defensor de las minorías y orgulloso representante de toda Latinoamérica, en tiempos donde el origen étnico era un tabú. El jugador vivía sin agenda de algún reconocimiento, su generosidad era genuina y no solo en el aspecto económico sino que le encantaba dar clases gratuitas de béisbol. “Cuando tienes la oportunidad de mejorar cualquier situación, y no lo haces, estás malgastando tu tiempo en la Tierra”, dijo el miembro del Salón de la Fama.
La isla quedó marcada cuando el ídolo del pueblo murió trágicamente en un accidente aéreo cuando se dirigía a Nicaragua para entregar suministros de emergencia a las víctimas de un poderoso terremoto.
El #21 de los Piratas de Pittsburgh llegó a Grandes Ligas para hacer historia y marcar el camino por el cual caminarían los demás. No fue un jugador más en Grandes Ligas, Clemente trabajó fuerte para lograr lo que nadie esperaría y convertirse en uno de los jugadores más completos en el terreno. Fue galardonado como Jugador más Valioso, recibió 12 «Guantes de Oro» y 4 títulos de la Liga Nacional de Bateadores. El defensor del jardín derecho fue seleccionado al Juego de las Estrellas en 12 ocasiones y ganó 2 campeonatos de la Serie Mundial, en uno de ellos fue seleccionado como el Jugador más Valioso de la serie.
El 30 de septiembre de 1972, el astro boricua se convirtió en el 11mo. beisbolista y el primer latinoamericano en conectar 3,000 imparables en las Ligas Mayores. El fenecido narrador cubano Felo Ramírez inmortalizó el momento en español con un “ahí va una línea tremenda entre left y center… ¡El hit número 3,000! Lo logró, lo logró, un doble de Roberto Clemente”.
El batazo en dirección al jardín izquierdo durante la quinta entrada de la victoria de los Piratas Pittsburgh sobre los New York Mets es uno de los momentos más memorables de nuestra historia deportiva. De igual manera, la icónica foto de nuestro héroe pisando la segunda base, luego de posarse sobre la almohadilla para conseguir el doble, levantando su gorra con la mano derecha en agradecimiento a las miles de personas que lo ovacionaban de pie, es sin duda una de las imágenes más conmemorativas.
Las Grandes Ligas del Béisbol y Puerto Rico entero celebramos este año el 50 aniversario de este importante momento. Clemente dejó algo muy claro, “Quiero ser recordado como un pelotero que dio todo lo que tenía que dar”. Cada año, la liga busca reconocer la labor que realizan los peloteros fuera del diamante, en temas de ayuda social y que mejor nombre para el mismo que “Premio Roberto Clemente”. Su esencia ha trascendido el tiempo y es prudente mantener vivo su legado para poder llevar su ejemplo a futuras generaciones.