
Veterana educadora en NY levanta su voz en contra de la Nueva Escuela Especializada en Ciencias Agrícolas aliada a LEAP STEAM

Por Yasinia Rodríguez Sepúlveda
Mayagüez, PR (27 de mayo de 2025) — El reciente anuncio de la creación de la nueva Escuela Pública Especializada, alianza LEAP STEAM y Academia de Ciencias Agrícolas, que abrirá sus puertas en Mayagüez en agosto del año escolar 2025-2026, ha generado entusiasmo en sectores educativos, pero también ha desatado críticas de parte de educadores con amplia trayectoria. Una de las voces más firmes en oposición al proyecto ha sido la de la profesora Alice Hernández, quien ha dedicado más de 30 años al servicio educativo en el estado de Nueva York, desempeñándose como educadora, directora, asistente y supervisora regional.
La profesora Hernández en entrevista exclusiva con Periódico el Sol de Puerto Rico, expresó profundas preocupaciones respecto a este tipo de iniciativas, que ella considera similares al modelo de escuelas “charter”, alegando que, aunque se presentan como una solución innovadora, podrían traer consecuencias negativas para el sistema de educación pública tradicional y para las comunidades a las que supuestamente sirven.
Entre sus principales argumentos, Hernández destacó seis puntos que, según ella, evidencian los riesgos de este modelo:
- Pérdida de matrícula en las escuelas públicas tradicionales:
Hernández argumenta que estas escuelas con programas como LEAP STEAM, absorben estudiantes, provocando una baja en la matrícula que impacta directamente el presupuesto de las escuelas públicas.
“Cada niño tiene un valor de fondos otorgados, cada cabeza que entra a estas escuelas equivale a una cantidad de dinero que se le va quitando a las escuelas públicas, por lo tanto, estas escuelas se quedan bajas de matrícula, sin presupuesto y van cerrando.”, expresó la educadora.
- Condiciones laborales precarias para los maestros y personal no docente:
Según Hernández, estas escuelas contratan a maestros y personal no unionados bajo contratos temporales. Aunque pueden recibir un salario inicial más alto, carecen de seguridad laboral y beneficios a largo plazo.
“No tienen derechos laborales. Cogen años sin aumento y su trabajo es por contrato, por lo que pueden ser despedidos en cualquier momento.”, añadió.
- Falta de desarrollo profesional:
La profesora también señaló que estos maestros suelen no recibir entrenamiento adecuado y que, debido a su estatus contractual, pueden ser despedidos sin justificación.
- Exclusión de estudiantes de educación especial:
Hernández argumentó que este modelo escolar tiende a no aceptar o a limitar la matrícula de estudiantes con necesidades especiales, debido a los costos adicionales que representan y los retos logísticos asociados. Además, afectan el porcentaje de nivel educativo de la escuela.
“Ellos van a escoger la crema y la nata y dejarle al sistema público que bregue con todos los demás problemas.
- Manejo disciplinario severo y exclusión de estudiantes con problemas de conducta:
Según la educadora, los estudiantes que presentan problemas de comportamiento son frecuentemente expulsados, ya que son considerados un obstáculo para el funcionamiento del modelo. “Son tratados con disciplina militar.”, denunció.
- Pérdida de identidad cultural y lingüística:
Finalmente, cuestionó el enfoque bilingüe de estas escuelas, indicando que priorizan el inglés por encima del español, relegando la enseñanza de la historia y la cultura puertorriqueña.
“Los niños no aprenden su idioma y su historia. Están adoctrinándolos para una cultura americana.”, expresó.
A pesar de su crítica, Hernández reconoció la autonomía financiera con la que cuentan estas escuelas, lo que les permite reclamar y manejar directamente el dinero correspondiente por estudiante, a diferencia de las escuelas públicas tradicionales que dependen de desembolsos gubernamentales. Enfatizó que si las escuelas públicas recibieran de la misma manera y agilidad los fondos que le corresponden, también pudieran trabajar con mayor eficacia.
“Estas escuelas no tienen que pasar por el proceso con el que pasan las escuelas públicas. Ellos trabajan con el dinero que le entregan por cada niño que tienen matriculado. A más niños, pues más beneficios económicos para ellos… Yo no quisiera ver más escuelas “charter” en Puerto Rico.”, concluyó.