Velo de misterio se mantiene sobre retención del lujoso yate de origen ruso Flying Fox, sometido a investigación por presunto lavado de dinero, tráfico de armas y evasión fiscal (crónica)
Inter News Service
Santo Domingo, 4 de abril de 2022-Luego de algunos allanamientos practicados por el Ministerio Público y la estricta inspección de agentes aduaneros locales y estadounidenses, la situación del lujoso yate Flying Fox se mantiene en un velo de misterio desde que atracó en el Puerto Don Diego de Santo Domingo, el pasado 21 de marzo.
Se desconocen los resultados de los registros realizados la pasada semana por la Procuraduría General de la República, que ha manejado el tema con mucha discreción.
Ante los ojos del mundo, el Flying Fox pertenece al multimillonario ruso Dmitry Kamenshchik, pero también está vinculado a varias personas cuestionadas por los Estados Unidos debido a su supuesta participación directa en escandalosos actos de lavado de dinero y evasión fiscal a escala mundial, usando las famosas compañías “Offshore” o Papeles de Panamá.
El periódico local Diario Libre cita que tuvo acceso a información donde funcionarios estadounidenses vinculados a la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (HSI, por sus siglas en inglés) aseguran que el yate figura como propiedad de la empresa Tarcona Marine S.A. registrada en Tórtola (Islas Vírgenes Británicas), y que esa institución fue constituida por el famoso bufete de abogados panameño Mossack Fonseca & Compañía, la cuarta mayor proveedora mundial de servicios de offshore, que se vio obligada a cerrar tras la crisis económica y el descrédito después de la filtración de los “Papeles de Panamá”.
Afirma el impreso que la HSI maneja detalles de que Tarcona Marine S.A. fue la compañía que reemplazó a Mossack Fonseca & Compañía en las andanzas fraudulentas, por lo que existe la hipótesis de que la nave podría estar siendo utilizada para transacciones financieras ilícitas. Por esto, cuando llegó a República Dominicana, los Estados Unidos solicitaron cooperación internacional para detenerla y requisarla.
El Ministerio Público confirmó que llevan una indagación sobre presunto lavado de activos y tráfico de armas, aunque no se informó si en la intervención a la nave encontraron documentos comprometedores. En el operativo participaron varios fiscales apoyados por fuerzas policiales y organismos de inteligencia locales.
“La requisa se realiza bajo la autorización no. 0094-Marzo-2022, dictada por la Coordinación de los Juzgados de Instrucción del Distrito Nacional, en la tarde del 31 de marzo de este 2022”, señaló un documento de la Procuraduría General de la República.
Indicó que actuó en virtud de una cooperación jurídica formal del gobierno norteamericano, en base a los acuerdos internacionales de lucha contra la criminalidad y el delito, suscritos por República Dominicana.
Según Diario Libre, además del buque y Dmitry Kamenshchik, los norteamericanos tienen bajo investigación a Georgia Chrysostomides, quien funge como directora corporativa de Tarcona Marine desde el primero de febrero del 2013 y esta se mantuvo en esta posición a pesar de que no era agente residente, es decir, no era la abogada con residencia en el lugar donde se constituyó la empresa.
Destacan que Georgia Chrysostomides es hija de Kypros Chrysostomides, un abogado de élite con sede en Chipre, a quien le atribuyen haber constituido una docena de compañías de fachada en Chipre para el político estadounidense Paul Manafort y para su asociado Richard Gates.
“Ponen como advertencia que Manafort fue condenado en un juicio en el Distrito Este de Virginia por fraude bancario y cargos fiscales, y después de esa condena se declaró culpable en el Distrito de Columbia de dos cargos: conspiración para cometer múltiples delitos, incluidos violar la ley de registro de agentes extranjeros (FARA) al no registrarse y proporcionar declaraciones falsas en un documento presentado ante FARA, y lavar dinero y concertar para obstruir la acción de la justicia mediante la manipulación de testigos”, comenta el rotativo dominicano.
El navío Flying Fox mide 136 metros de eslora, cuenta con once cabinas, un helipuerto, una piscina de 12 metros, un centro de masajes de dos pisos y 400 metros cuadrados, un cine y un lugar de buceo, entre otras instalaciones.
La empresa Imperial Yachts alquila el barco por una tarifa mínima de 3,5 millones de dólares semanales, según informaciones de la página web de esta concesionaria.
A raíz de la invasión rusa de Ucrania, Estados Unidos aprobó diversas sanciones que afectarían a empresarios cercanos al presidente ruso, Vladímir Putin, muchos de ellos propietarios de embarcaciones de lujo.
El yate ha llamado la atención de la prensa nacional y las personas que circulan por el malecón de Santo Domingo, mientras es mantenida en estricta vigilancia junto a su tripulación. La estadía forzosa en que se encuentra actualmente el lujoso aparato en las costas dominicanas le genera gastos operativos que pueden sobrepasar los 45,000 dólares diarios, de acuerdo con detalles reseñados por la prensa nacional.
Adicional, su presencia en el país debe pagar tasas que cobra el Estado, como el uso de las facilidades portuarias o servicio de estadía a razón de 1.50 dólares por pie de eslora y por día o fracción de día de un buque en puerto. En el caso específico de los yates extranjeros el cobro es de 70 centavos de dólar (U$0.70) o su equivalente en pesos dominicanos por pie de eslora, por día o fracción de día en puertos comerciales.