Puertorriqueña, primera latinoamericana en bicentenaria entidad católica
Periódico El Sol de Puerto Rico / Por Agustín Muñoz
Poco más de 200 años después de su fundación en Francia, el Instituto Secular Femenino “Corazón de Jesús” de la Familia Cor Unum admitió entre sus miembros a la puertorriqueña Alexandra Muñoz Pagán, convirtiéndose en la primera latinoamericana en ingresar a esa entidad religiosa. Se suma a mujeres y hombres consagrados, sacerdotes y laicos, de Europa, Asia y Estados Unidos.
La Familia Cor Unum, además del Instituto Secular Femenino, la componen el Instituto Secular Corazón de Jesús para Sacerdotes, un instituto de laicos consagrados y una asociación de matrimonios.
“Este es un hecho histórico para la Familia Cor Unum ya que Alexandra es la primera latinoamericana en formar parte de nuestra comunidad y nos sentimos muy regocijados. Para mí es un gran orgullo porque por fin el mensaje está llegando a nuestras comunidades latinas”, dijo el sacerdote Enrique Sera, director nacional del Instituto Secular de los Sacerdotes del Corazón de Jesús, tras la profesión de votos de la puertorriqueña, nacida en Juana Díaz.
Muñoz Pagán, con más de 30 años de experiencia en la vida consagrada a Dios, exclamó como la Virgen María “por mirar la simpleza de su esclava” y agradeció a su familia “por ser apoyo constante y ángeles de mi vocación”. El evento religioso se realizó el pasado 27 de julio en la Abadía de los Monjes Benedictinos en Conception, Missouri, Estados Unidos.
Al igual que Muñoz Pagán, Father Paul de la Arquidiócesis de San Luis, Misouri, hizo sus primeros votos, mientras que las laicas Rosemary Paulin y Tatiana Dombrovski, ambas de Ohio, comenzaron el proceso de formación. Kathy Catchings de Illinois profesó sus votos perpetuos.
mujeres laicas a una parroquia en Los Ángeles, California, alentó a que hombres y mujeres laicos escuchen “el mensaje de consagrar sus vidas al servicio del Señor a nivel secular”. “El Señor quiere que uno dé frutos dentro de su propio ámbito”.
Recordó que la vida religiosa se ha conocido porque las personas viven en comunidad, toman votos, visten con un hábito público, pero no así los institutos seculares cuyos inicios ocurren en tiempos de persecución contra la Iglesia y existían de forma secreta como asociaciones. Fue en 1947 que el Papa Pío XII decidió crear “una sombrilla” que reuniera a esos consagrados no religiosos y de ahí que surgieran los institutos seculares.
El clérigo destacó que el Instituto al que pertenecen es de Derecho Canónico Pontificio “porque llevamos 200 años en esto y aprobado por la Iglesia hace muchos años (1952)”. Asimismo, destacó la importancia de los institutos seculares dentro de la Iglesia Católica. “Yo creo que es el futuro, siempre vamos a tener vida religiosa, pero muchas congregaciones de vida religiosa no están viviendo públicamente lo que se exige de la Iglesia por razones mixtas. El futuro se abre mucho más a esta libertad de personas de poder quedarse en el mundo y ser la levadura dentro del mundo de lo que es el Evangelio; en una forma muy sutil, muy callada, pero bien efectiva”, puntualizó.
El Instituto de los Sacerdotes del Corazón de Jesús para sacerdotes diocesanos fue fundado en Francia en 1791 por el Padre Pierre Joseph de Cloriviere, un jesuita, en un momento en que las nuevas órdenes religiosas estaban prohibidas. Cloriviere anticipó el concepto de un instituto secular, donde los sacerdotes diocesanos y los laicos profesarían los consejos evangélicos mientras continuaban viviendo en sus propios hogares y participando en sus actividades regulares. Se inspiró para crear una nueva forma de vida religiosa, totalmente inmersa en el mundo moderno y prefigurando los institutos seculares del siglo XX.
Sin embargo, Sera dijo que muchas autoridades dentro de la propia Iglesia Católica desconocen la presencia de los institutos seculares incluso cuando su definición aparece en el Código de Derecho Canónico (cánones 710 al 730). Los miembros hacen votos canónicamente vinculantes de pobreza, castidad, celibato y obediencia, pero viven “en el mundo”, ya sea como laicos o sacerdotes diocesanos.
Sera insistió que ese modo de vida “es algo muy importante en el mundo presente”.