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Proyecto piloto permitirá a confinados estudiar con sus hijos a través de tabletas

Proyecto piloto permitirá a confinados estudiar con sus hijos a través de tabletas

Por Alison K. Rodríguez Feliciano / Periódico El Sol de PR

Con el propósito de emplear la tecnología como método educativo, el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) iniciará un proyecto piloto en las cárceles 1072 y mujeres de Bayamón en el que integrarán tabletas específicamente diseñadas para que los confinados puedan estudiar con sus hijos por medio de videocámara.

El proyecto, que se espera de inicio en tres meses, incluirá a estudiantes practicantes de educación de la Universidad de Puerto Rico quienes desde un centro tecnológico localizado en la institución carcelaria podrán asistir a los reclusos y a los oficiales con el uso de las tabletas y servicios educativos.

El Secretario Auxiliar de Servicios y Programas, Alex Torres, explicó que este sería solo uno de los múltiples usos que se le podría dar a la tableta. En las instituciones carcelarias de 501 y Mujeres de Bayamón, por ejemplo, todos los confinados tendrán acceso limitado a Internet para poder leer libros, ver películas, enviar correos electrónicos a los técnicos de servicios penales y hacer video-visitas supervisadas.

Torres sostuvo que las video-visitas permitirán que los familiares que no pueden asistir de manera física a la prisión puedan establecer contacto con los presidiarios a través de un en vivo electrónico. Además, aclaró que las tabletas funcionarán solo cuando se sitúen en un estand.

‘‘Hay unas restricciones específicas, pero le van a dar una facilidad mucho mejor al confinado de poder estudiar, leer sus libros, ver una película y escuchar música’’, indicó. ‘‘Van a hacer como algunas 750 tabletas en la primera fase. Si las cosas van bien y hay buen uso de las tabletas y se demuestra que es costo efectivo, entonces vamos a expandirlo a 2,500 tabletas’’, añadió.  

Por otro lado, Torres resaltó el proyecto de Prisiones Escuelas. Un programa que en colaboración con la Universidad Ana G Méndez busca que los reclusos puedan obtener certificaciones un año y medio antes de cumplir su sentencia y que las mismas ‘‘vayan dirigidas a la recuperación de Puerto Rico’’, dijo.

Dentro de la oferta vocacional se encuentra: Construcción, desarrollo sustentable, arte y cultura general, facturación de planes médicos, administración de oficinas, desarrollo técnico y destrezas manuales, hojalatería, ornamentales, costura entre otros cursos. Todos estos incluirán clases en idioma, emprendimiento y comunicación.

Según explicó Torres, los cursos tendrán una duración de un año y al final obtendrán una certificación aprobada por la institución universitaria. ‘‘Muchas veces tenemos muchos confinados que han trabajado en construcción, pero no tienen una certificación y ahí nosotros entramos en comunicación para ofrecer estos cursos’’, comunicó.

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