
Mi hijo tiene autismo: cómo acompañarlo sin perderme a mí misma

Por Dra. Yaritza Vega Psicóloga Clínica especializada en TEA / Especial para El Sol de PR
Recibir un diagnóstico de autismo para un hijo no es fácil. Sin embargo, es el inicio de un camino lleno de preguntas, aprendizajes y, sobre todo, transformación personal.
Ser madre de un niño con autismo es recorrer un trayecto lleno de retos, descubrimientos y momentos únicos e inolvidables. Cada paso que das, cada esfuerzo por comprender, apoyar y celebrar a tu hijo, marca una diferencia significativa en su bienestar.
Es natural que desees estar presente en cada detalle, convertirte en su guía, terapeuta y defensora. No obstante, en ese deseo de ser la heroína de su historia, puede aparecer el agotamiento físico y emocional, la culpa… y hasta el olvido de ti misma.
Acompañar a un hijo con autismo requiere compromiso, pero también equilibrio. Para cuidar a otros, primero necesitas cuidarte. Priorizar el descanso, delegar, pedir ayuda sin culpa y mantener espacios propios no es egoísmo: es sostenibilidad emocional. Ser madre no implica dejar de ser mujer, pareja, amiga o profesional.
Desde la psicología clínica, acompañamos a las familias en este camino lleno de días buenos y no tan buenos. El mensaje es claro: no podemos sostener a otros si no estamos emocionalmente regulados. No está mal sentirse cansada o frustrada; somos humanas. Y los niños perciben más de lo que expresan.
Tu hijo necesita tu amor… y también tu bienestar. Acompáñalo, pero no te olvides de ti. Eres valiosa y única, eres especial, mama.