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Luisito Maldonado Palole y gran cuatrista peñolano

Luisito Maldonado Palole y gran cuatrista peñolano

“Si se calla el cantor calla la vida… porque la vida es un canto”

Por Myriam Enid Rodríguez Hernandez / El Periódico El Sol de PR

Obrero de la música y defensor incansable de nuestro instrumento nacional , el cuatro puertorriqueño nuestro querido Luisito o Palole comienza su jornada musical siendo apenas un niño . Nace en el barrio Jaguas de Peñuelas, en las entrañas de nuestros campos como buen jibaro un 8 de julio del año 1943.

Además toca el tiple, pasión que heredó de su padre don Damián Maldonado. Comenzó a mostrar interés en la música; inclinación que su progenitor aprovechó para enseñarle sus primeras acordes en la guitarra y las primeras notas en el cuatro puertorriqueño.

Comienza desde muy joven en la música típica. En sus años mozos ya tocaba promesas y se empezó a dar a conocer en su amado pueblo de Peñuelas. Allá para el año 2000 funda el conjunto típico musical Voces del Flamboyán  y se convierte en uno de los preferidos por los trovadores para acompañarse en sus improvisaciones e interpretaciones.

Luisito es un verdadero amante y defensor de la cultura puertorriqueña. Su conocimiento y compromiso a la música tradicional puertorriqueña no tiene rival. Maestro dominante del instrumento nacional, tanto como del tiple y la guitarra , impresiona a todos por su gentileza y humildad.

Por 22 años su conjunto musical llevó la voz cantante en la Promesa a los Tres Santos Reyes de la familia Albino del barrio Tallaboa Alta de Peñuelas, siendo la trovadora principal su hermana, Aurea Maldonado “ La Alondra de las Jaguas“. A parte de esa promesa participó en más de 22 promesas cada año.

En la actualidad sigue deleitándonos con su música pero a través del grupo Tradición Boricua Peñolana. Se encuentra un poco aquejado de salud pero no ha sido impedimento alguno para seguir llevando ese aguinaldo de tierra adentro, esa décima que brota allá desde la cascada La Soplaera, desde donde se escriben sueños y quimeras.

Ese aguinaldo sanador, que se funde con el canto lastimero del sinsonte y el ruiseñor, no callará jamás mientras las cuerdas del cuatro sonoro de Luisito sigan gritando a viva voz que mientras haya cultura y tradiciones nuestro pueblo no morirá jamás.

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