Llegó a la luna sin cohete, primera boricua en clínica de salud de la NASA
Por Alison K. Rodríguez Feliciano / Periódico El Sol de PR
Un año y once meses fue el tiempo que tuvo que esperar la joven corozaleña Edmarie Rodríguez Medina para lograr la posición de sus sueños, esa en la que se visualizaba cada noche a la hora de dormir. ‘‘No vas a conseguirlo, para eso necesitas pala’’, le decían varios allegados. Sin embargo, ella estaba convencida de que la perseverancia sería su mejor herramienta para alcanzar su meta, trabajar en la NASA.
Edmarie lo consiguió. Tras culminar su preparación en Administración de Empresas en la Universidad Interamericana de Barranquitas y obtener una licencia como Registered Medical Assistant logró hacerse espacio en la Integrated Mission Support Services, clínica de salud ocupacional de una de las agencias federales más prestigiosas de los Estados Unidos, la National Aeronautics and Space Administration (NASA por sus siglas en inglés) en el estado de la Florida. Ya lleva poco más de dos meses brindando tratamientos médicos a empleado lesionados, haciendo exámenes físicos y brindando servicios de primeros auxilios, a una población mayormente compuesta por científicos, ingenieros y ecologistas. Tal como lo había soñado.
‘‘Mi reacción fue llorar, yo me quedé en ‘shock’. Me decía, ¿pero esto es en serio?, no puede ser’’, rememoró Edmarie cuando la llamaron para decirle que había sido seleccionada. ‘‘No necesité ninguna pala, mi única pala fue papito Dios’’.
Lo que esta talentosa joven de 31 años nunca esperó, fue obtener el doble reconocimiento como primera mujer boricua e hispana en trabajar para la clínica.
‘‘Cuando llegué allí, pensé que me iba a encontrar con más hispanos, pero no. Me di cuenta de que todos son americanos’’, mencionó. Aunque al principio sintió el temor de no encajar culturalmente con sus compañeros de trabajo, aseguró que ha sido todo lo contrario, pues sus colegas le han demostrado apoyo e incluso interés en aprender más sobre las tradiciones boricuas.
‘‘Realmente nos hacía falta alguien de habla español en nuestra clínica’’, le dijeron sus superiores.
‘‘Y ya los tengo ‘jukiaos’ [sic] con hablar español. Ahora en la mañana me dan los buenos días y me preguntan cómo decirle algunas palabras en español a los pacientes’’, expresó entre risas la corozaleña quien además acaba de conseguir el estatus de permanencia en el trabajo.
No obstante, para esta profesional de salud sus aspiraciones profesionales no terminan aquí, puesto que acaba de matricularse en la Embry-Riddle Areonautical University con el objetivo de completar un grado en Fisiología Aeroespacial. Al preguntarle si estaría dispuesta en el futuro a viajar a la estación espacial y hacerle estudios físicos a los astronautas, respondió en tono jocoso: ‘‘Muchacha pues claro que sí, hasta la luna si tengo que ir’’.
Comprometida a motivar
Cuando en aquel entonces la aspirante a trabajar en la NASA, comenzó sus estudios para obtener la licencia como Registered Medical Assistant, su madre fue diagnosticada con cáncer de seno. ‘‘Recuerdo que ella estaba en el estado de Pensilvania y yo acá en Florida. Yo soy la mayor y en ese momento pensé y ahora, ¿cómo le hacemos?’’.
Esto la impulsó a brindar charlas motivacionales sobre múltiples temas, incluyendo la prevención del cáncer y su detección temprana.
‘‘Yo quiero llevarle un mensaje a todos esos jóvenes de allá fuera y no solo jóvenes sino también a la población de afuera porque hay muchos que se sienten solos, no tienen a nadie (…) un simple testimonio, una sonrisa, alguna palabra positiva de motivación y con eso uno puede cambiar la vida de cualquiera’’, manifestó.
La también madre de un joven de 14 años recalcó que la buena administración del tiempo es pieza clave para lograr el éxito profesional y familiar. Edmarie se mostró conmovida al recordar una época en la que su hijo le pidió pasar más tiempo con él. Ella sin pensarlo dos veces, buscó la manera de organizar mejor su tiempo para cumplir su rol de madre, esposa y profesional.
Ahora la aspirante a fisióloga aeroespacial asegura haber llegado ‘‘a la luna sin cohete’’, cada vez que su hijo le recalca el orgullo que siente por la gran madre que tiene.