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La política interna contrasta con la exterior en países con gobiernos tildados de demócratas y progresistas

La política interna contrasta con la exterior en países con gobiernos tildados de demócratas y progresistas

Inter News Service

San Juan, 3 de  mayo de 2022- ¿Qué fuerzas intrínsecas en gobiernos “modelos” de democracia liberal progresista, lo mismo que su prensa de igual tendencia ideológica, transmuten su política exterior hacia una derecha extremadamente conservadora y de ultraderecha?

Eso es lo que la historia reciente denota de la política exterior de Estados Unidos y Canadá, en el caso de sus respectivos respaldos a Ucrania en la guerra contra Rusia.

Una serie de investigaciones llevadas a cabo recientemente por varios medios de comunicación canadienses mostraron evidencias de que las Fuerzas Armadas de ese país norteamericano entrenaron a integrantes del regimiento nacionalista ucraniano Azov, de tendencia neonazi.

Los resultados de una investigación de Radio-Canada de documentos relacionados con la misión canadiense en Ucrania, denominada Operation Unifier, revelaron que miembros del batallón Azov participaron en un entrenamiento con militares canadienses que tuvo lugar el año 2020 en el centro de formación de Zolochev, en el oeste de Ucrania.

Mientras, la cadena CTV News informó el pasado jueves que un portavoz del regimiento nacionalista le comunicó que -como grupo- la formación fue excluida del entrenamiento con instructores canadienses en Operation Unifier, pero que “escribieron un programa” para sus propios cursos y “fueron instructores en todas las disciplinas en el centro de capacitación de la Guardia Nacional de Ucrania”, lo que confirma el informe anterior de Radio-Canada.

Otro detalle revelado, además, es que las cuentas en redes sociales de uno de los comandantes de Azov, Kirill Berkal, ha descubierto unas publicaciones que -aparte de símbolos nazis y otras opiniones extremistas- se ve como miembros del batallón se entrenan con instructores canadienses y se hace referencia a la “cooperación” en el marco de Operation Unifier.

Empero, un portavoz del Mando de Operaciones Conjuntas de las Fuerzas Armadas de Canadá declaró a CTV News que “si los soldados canadienses ‘sospechan’ que sus colegas ucranianos tienen opiniones racistas o pertenecen a elementos de extrema derecha, esos ‘son retirados inmediatamente’”.

Sin embargo, subrayó que cuando se trata de investigar a soldados extranjeros, “las Fuerzas Armadas de Canadá no tienen la responsabilidad de demostrarlo más allá de una duda razonable”.

Desde las Fuerzas Armadas canadienses aseguraron que toman “todas las medidas razonables” para garantizar que no se proporciona entrenamiento a los extremistas, pero añadieron que “Ucrania es un país soberano” responsable de reclutar e investigar a sus propias fuerzas de seguridad.

En respuesta a la preocupación de que los elementos extremistas del ejército ucraniano tengan acceso a una potencia de fuego mucho más mortífera debido a que los países accidentales están armando a Kiev, el Ejército canadiense señaló que la ayuda militar se proporciona “exclusivamente” al Ministerio de Defensa ucraniano y que esas donaciones están “controladas con certificados de usuario final proporcionados por el Ministerio de Defensa de Ucrania”.

Mientras, Christian Leuprecht, analista de seguridad y profesor del Royal Military College y de la Queen’s University, ha sido citado por el medio televisivo de prensa RT diciendo que “los canadienses no pueden elegir a quién entrenan y a quién no” en misiones de asesoramiento y asistencia como la de Ucrania.

“Siempre que haya un conflicto de tipo nacionalista habrá extremistas, y gente que tiene opiniones extremistas que participan en la lucha. Así que eso no es particular de Ucrania, y creo que el problema que tienen los canadienses es que en esa misión no tienen el lujo de escoger y elegir: o estás en la misión o no lo estás”, añadió según cita RT.

El experto afirmó que los recursos militares de Canadá son demasiado amplios para establecer un mecanismo de investigación en Ucrania, y que el gobierno de Ottawa habría tenido que sopesar los riesgos de operar una misión de entrenamiento.

“En términos de gran compensación, nunca es aceptable tener extremistas entre nosotros. Pero al mismo tiempo, cuando estás entrenando a cientos o miles de personas durante seis años y medio en un país de Europa oriental, es inevitable que obtengas personas que son xenófobas o extremistas”, manifestó.

Evan Balgord, director ejecutivo de Canadian Anti-Hate Network (Red Canadiense contra el Odio), subrayó que “debería ser una política permanente de las Fuerzas Armadas canadienses investigar cualquier milicia a la que pretendan entrenar y armar para que nunca entrenen o armen a neonazis o sus equivalentes”.

“Nunca deberían haber entrenado y armado a Azov. Las personas de las Fuerzas Armadas canadienses que decidieron reunirse con ellos y prestarles ayuda sabiendo que eran neonazis deberían enfrentarse a disciplina”, añadió.

Según la política canadiense Heather McPherson, el gobierno del país “dijo que no entrenaría al batallón Azov, pero las imágenes indican que sí lo hizo. Hay una clara necesidad de responsabilidad y transparencia sobre cómo se tomaron estas decisiones con la revisión prometida por el gobierno. Decir simplemente que el gobierno no estaba al tanto o que no era responsable de la revisión no es una respuesta aceptable”, subrayó.

Estos no son primeros informes que revelan que los militares canadienses entrenaron a nacionalistas ucranianos: en septiembre de 2021, un grupo de investigadores de la Universidad George Washington de Estados Unidos descubrió que extremistas del ejército de Ucrania se jactaban de haber sido entrenados por los canadienses como parte de la Operation Unifier.

De acuerdo con el estudio, se trata de un grupo que se autodenomina Orden Militar Centuria o, simplemente, Centuria, y tiene vínculos con el movimiento de extrema derecha Azov.

Estados Unidos, en tanto, hace envío de armas y dinero a Ucrania que terminan en manos del grupo extremista neonazi Azov, sin que desde Washington se exprese reparo alguno al respecto.

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