Espacio Reflexivo: La trampa de querer más que los demás
Por Yasinia Rodríguez Sepúlveda / El Sol de Puerto Rico
La obsesión por copiar lo que vemos a nuestro alrededor, motivada muchas veces por la envidia, puede convertirse en un hábito tóxico que distorsiona nuestra percepción de la felicidad y el éxito. Vivir en constante competencia con quienes nos rodean no solo genera insatisfacción, sino que también impide valorar lo que realmente tenemos. Quienes caen en este ciclo suelen medir su calidad de vida por estándares externos, siempre persiguiendo más, pero nunca sintiéndose plenos. Esta actitud alimenta un vacío emocional que no se llena con bienes materiales ni con la aprobación de otros.
Por el contrario, las personas que cultivan la gratitud disfrutan de una paz interior que no depende de comparaciones. Valoran lo que tienen, tanto lo tangible como lo intangible: su salud, sus relaciones, sus pequeños logros. Al centrarse en lo que ya poseen, viven con mayor autenticidad y propósito, apreciando las cosas simples que dan verdadero sentido a la vida. La clave está en entender que el verdadero éxito no radica en acumular, sino en conectar con lo que nos hace felices. En lugar de competir, inspiremos. En lugar de envidiar, agradezcamos. La vida florece cuando aprendemos a mirar con amor y no con rivalidad. El secreto es abrazar lo nuestro.
