Alerta la ex cirujana general Coello de Novello sobre los ascendentes casos positivos a Covid-19, con un promedio de 66 diarios
Por Rafael Santiago Medina
San Juan, 10 jun (INS).- Sin duda, los casos positivos a Covid-19 van a un veloz ritmo ascendente tras la apertura a más actividades económicas en el país y según han ido flexibilizándose las restricciones salubristas, mientras el secretario de Salud, Lorenzo González Feliciano, se mantiene impávido ante la situación.
La ex cirujana general de Estados Unidos Antonia Coello de Novello ha sido la que ha dado la voz de alarma al observar con gran preocupación que en tan solo 16 días Puerto Rico ha registrado más de 2,000 positivos a Covid-19, un promedio de 66 casos diarios.
Totalizan al día de hoy 5,329 positivos al virus, con los 122 casos recientes y otros 22 que no había reportado desde hace dos meses.
Con estos 22 casos no contabilizados anteriormente y los 122 recientes, la cifra se eleva este día a 144 positivos nuevos, en tanto que otra nueva muerte en Caguas, incrementa a 143 los decesos.
La situación ha llegado, aunque Coello de Novello tuvo el cuidado de no decirlo tan categóricamente, a un extremo que debe activar las señales de alarma en el Departamento de Salud y en las autoridades gubernamentales de Puerto Rico.
Sectores económicos como los de los restaurantes y los centros comerciales están presionando a la gobernadora Wanda Vázquez Garced para que enmiende lo dispuesto en la orden ejecutiva relacionado al toque de queda para reducir sus horas de duración diaria y que comience a las 9:00, en vez de a las 7:00 de la noche.
La permisión más flexible a la entrada de personas a los restaurantes y los establecimientos de los centros comerciales y otras áreas cerradas representa no ya una posibilidad, sino una probabilidad amenazante de un rebrote de positivos a Covid-19 que revierta todo lo adelantado hasta ahora en el control del esparcimiento de contagios al virus.
No obstante a una urgencia acuciante de reactivar la economía que hace ver las restricciones salubristas interpuestas se visualicen como un obstáculo a ello, lo cierto es que nadie puede soslayar responsablemente la necesidad de considerar la latente amenaza a la salud del pueblo puertorriqueño que existe con la entrada a la nueva fase de reapertura económica.
Una agudización de la crisis salubrista en el país echaría por la borda cualquier legítimo intento de poner nuevamente en marcha una economía ya abatida por problemas sistémicos y estructurales. INS
