Select Page

Eduardo, el niño que dejó su autismo “en la puerta” para ver al cantante Joaquín Sabina en su “Hola y adiós”

Eduardo, el niño que dejó su autismo “en la puerta” para ver al cantante Joaquín Sabina en su “Hola y adiós”

San Juan, 6 mar (INS).- Un “Hola y adiós”  repleto de emociones vivió Joaquín Sabina durante su presentación en Puerto Rico, cuando el pequeño Eduardo Santiago le dijo frente al escenario: “Dejé mi autismo en la puerta para venir a verte”, generando aplausos y lágrimas en el público que llegó al Coca Cola Music Hall para disfrutar de la última gira del cantautor español.

El concierto abrió con la presentación en pantalla gigante del video “Un último vals”,  que Sabina compuso especialmente para su gira “Hola y adiós”, donde  rememora acontecimientos de su vida y en el que aparece junto a amigos que le han acompañado desde su juventud.

De inmediato, la banda apareció en pleno y sonaron los acordes de “Lágrimas de mármol”, causando euforia en una audiencia  intergeneracional que disfrutaba cada segundo, entre la melancolía y la pasión. Se retractó de toda su vida con “Lo niego todo” y pasó a su éxito “Mentiras piadosas”.

Entonces hizo una pausa para dar paso a su canción “Calle Melancolía”, que le dedicó a su pequeño fan, que llegó temprano acompañado de familiares para evitar la aglomeración en una fila que se hacía cada vez más larga.

“Esta canción se la quiero dedicar a un amigo que tengo aquí  (en Puerto Rico)”, dijo Sabina con su voz arenosa desde una butaca alta en medio del escenario. “Solo tiene 11 años pero al que conozco ya hace unos cuantos y que, además, es una de las personas que mejor entiende mis canciones…”

El niño entonces volvió a ponerse de pie. “Se llama Eduardo Santiago —continuó Sabina— y esta noche está aquí con su madre. Un abrazo grande para los dos”, expresó. Eduardo escuchó  el mensaje atento, mirándolo desde la fila 11.

Con su gira “Hola y adiós”, Joaquín Sabina se despide para siempre para dedicarse a disfrutar una vida más tranquila ahora que cumplió 76 años. Ya ha recorrido varios países con todos los  conciertos vendidos, esta vez sin la esperanza de que haya una nueva función.

Eduardo Santiago Polanco —con diagnóstico de Autismo de alto rendimiento (Síndrome Asperger)— solo tenía 4 años y cursaba el kindergarten cuando comenzó su predilección musical por Joaquín Sabina.

Pese a su corta edad se interesó en la música y canciones del cantautor español, asumiéndolas como parte de su vida cotidiana. La prensa puertorriqueña se hizo eco de esa historia y publicó la crónica “Niño enamorado de la música de Sabina”.

En 2018, el artista quiso conocer al pequeño que escuchaba sus canciones camino al preescolar, que pretendía corregir algunas letras y que se apenaba de que el artista “perdiera a su princesa”. Sabina lo recibió previo a su concierto “Lo niego todo”  realizado esa vez en el Coliseo de Puerto Rico.

“Le corregía porque para Eduardo era imposible la idea de un boulevard donde hubiesen sueños y no automóviles, o tener el corazón guardado en un cajón o que exista un espacio de tiempo de 19 días y 500 noches”, explica su madre, la periodista Tania Polanco, quien ha laborado en distintos medios de comunicación y para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Actualmente, Eduardo cursa el 4to grado. Muestra alta destreza en lectura, maneja un vocabulario culto y tiene interés por el significado de las palabras.

VIVIENDO CON EL AUTISMO

Las personas con Asperger —también conocidas como “pequeños profesores”— acumulan conocimientos en un tema en particular. Aunque se cambió a Trastorno del Espectro Autista (TEA) el término se mantiene para cuestiones identitarias dentro de la población.

Los niños con la condición presentan poca flexibilidad de pensamiento, dificultad de expresión y en la comunicación social, además problemas sensoriales que hacen que caigan en crisis muy fácilmente.  Suelen  tener una  inteligencia sobre promedio y fuertes habilidades analíticas.

Los padres libran batallas diarias para poder atender los muchos requerimientos de  cuidado, alimentación, asistencia a terapias, escuela y para obtener los distintos  servicios que necesitan. Días largos y noches muy cortas, con desafíos en demasía pero también con reiteradas alegrías por cada meta que van alcanzando.

Tania Polanco —que inició su carrera en la revista dominicana Rumbo y el periódico Diario Libre— señaló que los padres y madres que reciben el diagnóstico de un hijo neurodivergente luchan como mejor pueden, ya que no tienen las fuerzas de un superhéroe para enfrentar todo lo que les viene encima.

“Nadie está preparado para eso. El diagnóstico te golpea duro, te arranca ilusiones, te da miedo… y no somos superhéroes, solo personas de carne y hueso, subiendo una montaña sin tener zapatos para escalar ni un abrigo. Nos agotamos, nos deprimimos,  pero no nos rendimos nunca, ese es nuestro super poder”, aseguró.

La tasa de diagnósticos en el país va en aumento y creció 66% en relación al año 2023, según datos de la Alianza de Autismo de Puerto Rico, mientras los servicios —cada vez más demandados— son limitados.

“LA MÚSICA NOS REGALÓ UN POETA”

Las metáforas de Sabina fueron la herramienta con la que Eduardo pudo superar la limitación de ser totalmente literal, reveló Tania.

“No entendía chistes, metáforas ni sarcasmos y escuchando las canciones de Sabina aprendió que pueden hacerse inferencias que dicen algo más que el significado exacto de las palabras. Esto ha sido un gran avance para su comprensión del mundo y lo que le rodea”, explicó.

La madre dijo que otra ganancia de la buena lírica ha sido que ya su hijo se visualiza como un poeta. “Tiene frases poéticas desde que tenía cinco años. Con la música sabinera cosechamos un poeta en casa”, sostuvo.

Destacó el esfuerzo del niño para asistir al concierto y el premio que conquistaron. “Más que un deseo fue un logro, pues por primera vez el niño entró a un lugar enorme,  concurrido, con luces y música alta. Yo tenía miedo de que el autismo le ganara y se descompensara, pero no fue así. Es otra batalla que le ganó él a su condición”.

Igual que la gira, sería un adiós. Eduardo asistió con una camiseta alusiva al encuentro de 2018. Estuvo atento, analítico, tarareó canciones y pudo entregar un regalo especial al artista, con una frase, de poeta a poeta:

“Sabina nunca morirás, sin ti el mundo sería muy aburrido”. Entonces habló para él  mirando de frente al teléfono con el que estaban grabando el mensaje que recibiría el artista español. Le dijo, con nostalgia, “Adiós, adiós Sabina…”,  lanzándole mil besos,  de esos que duran para siempre.INS

About The Author

Leave a reply

Archives