Activo y pero sin funciones sacerdote exculpado de actos indebidos en Juana Díaz
Por: Agustín Muñoz/ Periódico El Sol de Puerto Rico
17 de enero de 2025-Tras la suspensión de sus deberes sacerdotales en la Diócesis de Ponce por presuntos
actos indebidos y su posterior archivo, el sacerdote Juan José Saliva González fue reasignado a la parroquia San José de Ponce, se conoció.
Aunque en el directorio de sacerdotes diocesanos no se incluye su nombre, el propio Saliva González revela en su página de Facebook que labora en la mencionada parroquia ponceña. Sin embargo, trascendió que sus labores se circunscriben a tareas administrativas.
El sacerdote fue querellado, tanto en el Obispado de Ponce como en la Policía, por supuestamente enviar mensajes inapropiados a través de un teléfono móvil a un menor que estaba asignado como monaguillo en la Parroquia San Ramón Nonato de Juana Díaz.
La denuncia provocó que el 27 de octubre, el Obispo Rubén González la Diócesis de Ponce, emitió un decreto de suspensión contra el padre Juan José Saliva González, como medida cautelar, por su alegada conducta impropia en la parroquia San Ramón Nonato. Posteriormente, el pastor católico pidió perdón a al joven de 14 años y su familia por el alegado comportamiento del clérigo.
La acusación y separación de Saliva causó consternación a la vez que enojo en un sector de la feligresía de Juana Díaz que se negaba a dar por cierta la denuncia contra el vicario parroquial. “Las expresiones que motivaron la incomodidad del joven con el Padre Saliva son ciertas y fueron imprudentes. El joven dijo la verdad al presentar su querella”, afirmó el obispo Rubén González al tiempo que exhortó a cualquiera que haya sido victima de una conducta impropia realizada por un ministro ordenado a denunciarlo antes la autoridades civiles y eclesiásticas “y no permanecer callados”.
La pesquisa que realizó la División de Delitos Sexuales y Maltrato de Menores del CIC de Ponce y la División de Crímenes Cibernéticos en conjunto con la fiscalía determinó que no hubo prueba suficiente y se carecía de elementos propios de delito. Asimismo, la Conferencia Episcopal de Puerto Rico (CEPR) refirió su investigación al
Dicasterio para la Doctrina de la Fe en Roma el que decidió archivar el caso basado en que en los mensajes que motivaron la investigación previa “no aparecen propuestas de carácter sexual directas e inequívocas”.