Periódico El Sol de Puerto Rico / Por Agustín Muñoz
Villalba, PR / 20 de junio de 2024 – Emprender un negocio de comida en la montaña de la isla es un reto emocionante que desafía la belleza de la costa. Es una aventura que combina la frescura, el olor a pureza y la sintonía con el terruño.
Nadie duda que no es fácil iniciar un negocio en Puerto Rico, pero en los últimos años han aparecido más emprendedores con una gran fuerza de voluntad decididos a dar el paso y arriesgarse. La industria gastronómica es una muy competitiva y en constante evolución y llena de oportunidades.
A partir de los desastres naturales y sus consecuencias en la región sur, son muchos los que optaron por nuevos derroteros. Apostaron por sus capacidades y talentos. Entre ésos figuran los jóvenes emprendedores Alanis Dávila de Villalba y Brian Guzmán de Ponce, quienes, con gran entusiasmo y espíritu innovador, crearon un atractivo concepto de restaurante en el barrio Mogote de Villalba: El Mangoito Restaurant and Tropical Bar, localizado en la carretera PR 563 hacia la Ruta Panorámica.
El Mangoito, un negocio familiar, fusiona la cocina tradicional con toques modernos, mientras el menú ofrece una amplia variedad de platos que resaltan los sabores “del campo” y los ingredientes frescos de la región. Este emocionante proyecto busca, no solo deleitar a sus clientes con una experiencia gastronómica única, sino también revitalizar la economía local y fomentar el emprendimiento juvenil en la región.
El restaurante, ubicado en las bellas montañas del pueblo de Villalba cerca del Bosque Toro Negro, goza de una vista espectacular hacia la costa y promete ser un punto de encuentro para los amantes de la buena comida y la interacción con la naturaleza.
La pareja propietaria dice que está comprometida con el desarrollo sostenible y el apoyo a la comunidad. Por eso, han establecido alianzas con agricultores y productores locales para abastecerse de productos frescos y de alta calidad.
Además, el restaurante implementará prácticas ecológicas, como la reducción de residuos y el uso de materiales reciclables, con el objetivo de minimizar su impacto ambiental.
“Estamos emocionados de abrir nuestras puertas y compartir nuestra pasión por la comida y el servicio con todos los habitantes de Villalba y sus alrededores,” dijo Guzmán de 26 años. “Queremos crear un espacio donde las personas puedan disfrutar de una excelente comida, un ambiente acogedor, seguro, familiar y al mismo tiempo, apoyar a la economía local”, comentó.
Por su parte, su esposa Alanis destacó que “apostamos a quedarnos en nuestro país, a mi pueblo de Villalba y a mi querido barrio de Mogote”. Se refirió a que previo a asumir las riendas del restaurant confrontaron difi cultades para acomodo en empresas del área sur. Ella en el campo de la publicidad y él en la industria gastronómica. El Mangoito emplea a 11 personas residentes en Villalba y abre sus puertas de jueves a domingo.
