Periódico El Sol de Puerto Rico
Por José Pérez Hernández
Lajas, PR – “Mi familia y yo, por años visitábamos La Parguera en Lajas para disfrutar de su bahía bioluminiscente en horas de la noche. Pero, qué pena, ya poco a poco se ha ido apagando. La contaminación está matando los microorganismos que producen esas lucecitas que parecen el reflejo de las estrellas del cielo. Que mal”, fue la expresión de Naty Pérez, una mujer admiradora de las costas de Puerto Rico y sus recursos naturales.
Como la señora Pérez, otros visitantes y residentes en La Parguera manifiestan su inquietud sobre la contaminación que desde hace años está afectando al famoso litoral de Lajas.
El alcalde de esta municipalidad, Jayson “Jay” Martínez Maldonado, quien asumió la jefatura hace quince meses, ha dicho, “es nuestro interés primordial conservar la bahía bioluminiscente”. Preocupado por esta situación hace un llamado a las agencias pertinentes, entiéndase el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) a que tome acción y haga las investigaciones correspondientes para que no se continúe afectando este preciado recurso natural.
“Como es de conocimiento público, en Puerto Rico existen otras dos bahías bioluminiscente adicionales, una en Fajardo y otra en Vieques las cuales están reguladas a diferencia de la nuestra.”, dijo el alcalde.
Algunos lugareños son de la creencia que iluminar al sector “Monte Papayo” afectaría negativamente a la bahía bioluminiscente de la Parguera. Empero, biólogos del DRNA han expresado que eso no es necesariamente cierto.
“Jay” Martínez Maldonado, recordó que la comunidad El Papayo es producto de la invasión de sus residentes, donde en el año 2001, durante el gobierno de Sila María Calderón, a una parte de la comunidad se le otorgaron títulos de propiedad, mediante el Programa de Comunidades Especiales. El “Monte Papayo”, como lo conocen, es una finca que aparece registrada a nombre de José Rodríguez Arango o Sucesión Dolores Arango. De acuerdo con el alcalde, existe controversia sobre si dicha área es un terreno privado, o pertenece a la Reserva Natural o al Fideicomiso de Conservación ya que hay mapas incongruentes entre sí.
No obstante, reconoce que muchos de estos residentes de Papayo, a pesar de tener servicio de agua potable desde el año 2008, no cuentan con servicio de energía eléctrica y utilizan placas solares o plantas eléctricas las cuales éstas últimas contribuyen a la contaminación por los gases que emanan. Martínez Maldonado, entiende que de otorgarse el endoso para el servicio de energía eléctrica, debe ser bajo los parámetros de diseño adecuado para prevenir la contaminación.
El funcionario municipal se refirió al Reglamento para el Control de la Contaminación Lumínica de la EPA que exige unos parámetros de diseño para todo proyecto, que protejan el medio ambiente de ese impacto, los cuales son requisitos para cualquier estructura y edificación que se vaya a energizar en aquella zona. “Lo importante es ser riguroso en su implantación”, sentenció.
