Ucrania, la guerra que destapa la historia

Israel Morales

Periódico El Sol de Puerto Rico

Por: Israel Morales

(martes, 15 de marzo de 2022)- Pudiera parecer ciencia ficción, pero son hechos tan hirientes como constatables.

Pudiera parecer ciencia ficción, pero son hechos tan hirientes como constatables. La guerra rusa contra Ucrania ha servido para destapar la dolorosa historia del pueblo judío y el Holocausto, conocido como Yom HaShoá. Precisamente el día en que fuerzas rusas bombardearon la torre de la televisión estatal ucrania, se abrieron los libros de historia. Hace precisamente 80 años, en ese mismo lugar denominado Babyn Yar en Kiev, la capital, los nazis asesinaron entre los días 29 y 30 de septiembre de 1941, a 33,771 hombres, mujeres y niños judíos. 

Ese hecho está registrado como el más terrible ejemplo del llamado ‘Holocausto por balas’, dentro del genocidio nazi que exterminó a casi dos millones de personas en Ucrania. Irónicamente, el presidente ruso ha dicho que una de sus misiones es ‘desnazificar’ a Ucrania. Gracias a la historia, ahora todos sabemos quienes funcionan como nazis. Rusia ha empezado a bombardear de forma criminal objetivos civiles por toda Ucrania. 

En el ataque a la torre de televisión de Kiev, han muerto al menos cinco personas en uno de los lugares más simbólicos en la sangrienta historia ucraniana. En todo el discurso de Putin contra Ucrania se asoma antisemitismo. Sabido es que la asediada nación es presidida por un judío, y Volodimir Zelenski ha emitido esta semana un dramático pedido a los judíos de todo el mundo que denuncien la invasión del país por parte de Rusia, señalando que “el nazismo nace entre el silencio, ¿no ven lo que está pasando? Es importante que ahora, millones y millones de judíos del mundo, no permanezcan en silencio”. 

Gabe Friedman, periodista de la Jewish Telegraphic Agency señala que un estudio demográfico del año 2020 sobre los judíos europeos, estima el número de ucranianos que se identifican como judíos en 43,000, aunque algunos estimados de personas con ascendencia judía cuadruplican ese número. A pesar de siglos de antisemitismo, se estima que en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, los judíos que vivían en lo que ahora es Ucrania eran más de un millón y medio. Aproximadamente un millón fueron asesinados en el Holocausto nazi. 

Después del colapso de la Unión Soviética, tan añorada por Putin, cerca del 80% de esos judíos se marcharon a Israel y otros países. Al igual que los nazis, el gobierno de Putin amenaza con tragarse todo lo que puedan con la fuerza de las armas y la intimidación. Esta madrugada, la inteligencia militar del Reino Unido asegura que la columna de varios kilómetros de vehículos militares rusos que lleva varios días detenida a las afueras de la capital Kiev sigue detenida por “la resistencia ucraniana, problemas mecánicos y congestión”. Mientras eso ocurre, la guerra de las amenazas está en escalada. Basta leer las fanfarronerías del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, quien sostuvo esta semana que el presidente estadounidense, Joe Biden, “sabe que la única alternativa a las sanciones contra Rusia es una tercera guerra mundial, una guerra nuclear devastadora”. ¿Dejaremos que se repita la historia?

, conocido como Yom HaShoá. Precisamente el día en que fuerzas rusas bombardearon la torre de la televisión estatal ucrania, se abrieron los libros de historia. Hace precisamente 80 años, en ese mismo lugar denominado Babyn Yar en Kiev, la capital, los nazis asesinaron entre los días 29 y 30 de septiembre de 1941, a 33,771 hombres, mujeres y niños judíos. 

Ese hecho está registrado como el más terrible ejemplo del llamado ‘Holocausto por balas’, dentro del genocidio nazi que exterminó a casi dos millones de personas en Ucrania. Irónicamente, el presidente ruso ha dicho que una de sus misiones es ‘desnazificar’ a Ucrania. Gracias a la historia, ahora todos sabemos quienes funcionan como nazis. Rusia ha empezado a bombardear de forma criminal objetivos civiles por toda Ucrania. 

En el ataque a la torre de televisión de Kiev, han muerto al menos cinco personas en uno de los lugares más simbólicos en la sangrienta historia ucraniana. En todo el discurso de Putin contra Ucrania se asoma antisemitismo. Sabido es que la asediada nación es presidida por un judío, y Volodimir Zelenski ha emitido esta semana un dramático pedido a los judíos de todo el mundo que denuncien la invasión del país por parte de Rusia, señalando que “el nazismo nace entre el silencio, ¿no ven lo que está pasando? Es importante que ahora, millones y millones de judíos del mundo, no permanezcan en silencio”. 

Gabe Friedman, periodista de la Jewish Telegraphic Agency señala que un estudio demográfico del año 2020 sobre los judíos europeos, estima el número de ucranianos que se identifican como judíos en 43,000, aunque algunos estimados de personas con ascendencia judía cuadruplican ese número. A pesar de siglos de antisemitismo, se estima que en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, los judíos que vivían en lo que ahora es Ucrania eran más de un millón y medio. Aproximadamente un millón fueron asesinados en el Holocausto nazi. 

Después del colapso de la Unión Soviética, tan añorada por Putin, cerca del 80% de esos judíos se marcharon a Israel y otros países. Al igual que los nazis, el gobierno de Putin amenaza con tragarse todo lo que puedan con la fuerza de las armas y la intimidación. Esta madrugada, la inteligencia militar del Reino Unido asegura que la columna de varios kilómetros de vehículos militares rusos que lleva varios días detenida a las afueras de la capital Kiev sigue detenida por “la resistencia ucraniana, problemas mecánicos y congestión”. Mientras eso ocurre, la guerra de las amenazas está en escalada. Basta leer las fanfarronerías del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, quien sostuvo esta semana que el presidente estadounidense, Joe Biden, “sabe que la única alternativa a las sanciones contra Rusia es una tercera guerra mundial, una guerra nuclear devastadora”. ¿Dejaremos que se repita la historia?

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