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Candidato del PIP cuestiona a su partido sobre defensa de la vida

Candidato del PIP cuestiona a su partido sobre defensa de la vida

Periodico El Sol De Puerto Rico 

Para un aspirante a la Legislatura por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP),
el programa de gobierno de esa formación política “tiene secciones a las que le faltan
elementos claves para conformar una completa defensa de la dignidad humana”.
Específicamente se refirió a la Sección titulada “Derecho a la Vida” en la que el PIP se
opone a la pena de muerte, pero no hace referencia a la vida por nacer. “Si uno se
opone a la pena de muerte de quienes han cometido delitos graves también debe
oponerse a las leyes que permiten aplicar la pena de muerte a seres humanos
inocentes”, objetó el profesor Rafael Rosario Rivera, candidato del PIP a
Representante por el Distrito 27 (Juana Díaz, Salinas, Coamo, Santa Isabel, Aibonito).

En un cuestionamiento directo a su partido, Rosario Rivera señaló que es “muy
contradictorio defender el derecho a la independencia nacional y no defender con la
misma fuerza el derecho a la vida de la persona humana que está en el vientre
materno, sobre todo cuando fue el gobierno estadounidense junto a un grupo de
“bárbaros científicos” –como les llamaba Don Pedro Albizu Campos– los que
promovieron desde 1920, y bajo argumentos racistas y materialistas, que las mujeres
puertorriqueñas fueran esterilizadas en masa y disminuyeran la natalidad en la isla con una mentalidad y actitud contraceptiva”. Insistió que el derecho a la vida precede en jerarquía al derecho a la independencia, porque primero se está vivo y entonces, por estar vivo, se tiene derecho a la libertad.

El candidato pipiolo a representante y militante católico en Juana Díaz dijo que el
Programa de Gobierno del PIP es perfecto en sus planteamientos políticos,
económicos y sociales, pero opina que aún tiene secciones a las que le faltan
elementos claves para conformar una completa defensa de la dignidad humana.
Admitió que no ha sido fácil expresarse sobre el tema del aborto e incluso sobre la
perspectiva de género dentro del PIP pues, aunque piensa que la mayoría de los
pipiolos creen como él, también ha recibido la crítica y el rechazo abierto de otros
miembros que son líderes nacionales y regionales de la colectividad. “Hubo un compañero que escribió al Comité Nacional preguntando que cómo el PIP
había permitido un candidato “retrógrado” como yo.

El Partido siempre ha sido inclusivo y respetuoso de la libertad religiosa, la resistencia está en algunas personas particulares. Hay algunos que apoyan las causas lgbtt más que la independencia, la estadidad o la justicia económica. Pero yo tengo muy claro los principios por los que soy miembro del PIP: principios albizuistas y de Don Gilberto Concepción”, subrayó.

Rosario Rivera, quien proviene de una familia numerosa de Juana Díaz y es padre de
dos niñas, propuso que se regule el aborto al máximo posible para que solo se permita su práctica en casos extremos en los que ya se hubieran agotado todas las opciones médicas y gubernamentales que salvarían y darían apoyo a las vidas de la madre y la del hijo.

Según el líder religioso y político, los datos recopilados por la Junta de Planificación de Puerto Rico (JPPR) informaron que del año 2001 al 2010 hubo 79,000 abortos
registrados en la isla y hubo clínicas que no reportaron sus números. “A ese ritmo son
200,000 puertorriqueños abortados en los últimos 20 años bajo una incorrecta
interpretación legal de que lo que la ciencia llama feto no es una persona”, destacó.

Sobre la enseñanza con perspectiva de género, el candidato quiere crear un grupo
multisectorial e inclusivo de diálogo permanente para discutir y revisar “de manera
profunda, seria, científica, honesta y al detalle los conceptos del currículo que sobre
este tema se ofrecerá en las escuelas públicas”. Según él, solo así se puede llegar a un consenso verdadero en Puerto Rico.

Apoya que se eduque con mucha fuerza a favor de la igualdad de dignidad y
oportunidades que debe existir entre varón y mujer, y también que no se discrimine
contra nadie. Sostuvo, sin embargo, que se está aprovechando la justa causa de la
igualdad entre varón y mujer para incluir unas definiciones de sexo, género e identidad
que algunos grupos pretenden que se enseñen como absolutas y verdaderas desde
grados primarios en el sistema público.

Rivera explicó que esos planteamientos conllevan consecuencias sociales,
demográficas, psicológicas y hasta económicas sumamente perjudiciales para
cualquier país, “no porque lo crea o lo diga el cristianismo, sino porque así lo afirman
estudios sociológicos y médicos de mucha autoridad”.

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