OPINIÓN: La marcha de la dignidad
Por Danny Rivera, cantante y compositor
El lunes, 22 de julio de 2019, será recordado como una fecha de liberación emocional, patriótica y valiente protagonizada por la diversidad del pueblo unido de Puerto Rico, en repudio a la política altanera y abusiva del Gobernador, que está actuando como un niño malcriado, bastante enajenado de la realidad nefasta que ha creado con sus políticas erradas. Quienes votaron por él le piden que renuncie y su respuesta ante la monumental marcha de la dignidad es no querer aceptar que el pueblo ya dio su veredicto: “ya no nos representas”.
El Gobernador, en este momento, es un peligro para el país y lo confirma su negatividad al no aceptar el pedido del pueblo, que es su jefe, el que bondadosamente le dio su voto, su confianza y a cambio de manera burda traiciona, se burla… y se desenmascara a sí mismo.
El Gobernador jugó a la política sin estar preparado para una responsabilidad de esa magnitud. Ahora en su negación se agarra de su ego y con mucha insolencia pulsea con su pueblo, lo reta tratando de ser indiferente al mensaje, al clamor que hace más de diez días, recibe: ¡Ricky renuncia!
En esta ocasión histórica, esta marcha inédita en Borínquen hasta cierto punto –en la marcha Paz para Vieques el pueblo dio cátedra- Puerto Rico y su gente supieron mirarse en su interior y matar los miedos y darle pecho a la nueva responsabilidad a la que la historia lo enfrenta, como es el caso que nos ocupa todos estos días del tiempo de Dios.
El lunes tiempo lunar, 22 de julio del año 2019, volvimos a ser gente y nos destacamos con coraje y seguridad enarbolando la mejor ideología, la que es de todos: ser puertorriqueños; amar lo que la naturaleza nos regaló, la patria, Puerto Rico, la Isla verde luz,, a la que le dedicamos versos, canciones, reguetón, danzas, plenas, bombas… Es la patria a la que le ofrecemos nuestro arte de vivir, alertas y dispuestos, no solo a cantarle y bailarle, sino también a luchar por ella cuando aparecen en escena políticos que mercadean con el servicio al prójimo. Son esos los que nos subestiman y nos creyeron débiles o que pensaron que no tenemos capacidad de sacudirnos de encima a los malos políticos que dañan nuestra democracia.
Sabemos obedecer mejor a la paz, la bondad y la fraternidad. El lunes de la dignidad nos probamos a nosotros mismos y al mundo: somos de una raza pura y rebelde que no se arrodilla.
Le auguro al Gobernador que, si usted no renuncia, estará totalmente solo, sin pueblo, sin instituciones ni ministerios que puedan salvarlo. Si renuncia nos liberará de lo impredecible y salvará algo de lo poco que le pueda quedar en su historial político.