Puerto Rico se achica por causa de la erosión costera

Molinelly

Por Nelson del Castillo / Inter News Service

Especial para Periódico El Sol de Puerto Rico

San Juan, 4 ago (INS).- Cuando el emperador Napoleón III instruyó para que se transformara París, de una ciudad limpia con avenidas llenas de árboles al costado, su prefecto George-Eugène Haussmann le dijo que eso tomaría mucho tiempo. Por eso hay que comenzar ahora.

Esta anécdota, que parafraseamos, la trae a colación el geomorfólogo José Molinelli Freytes al exponer a la agencia Inter News Service (INS) que el gobierno no puede esperar a que una catástrofe mine a Puerto Rico, que se achica debido a la penetración del mar, amparado en que los problemas en sus costas responden al cambio climático.

Si bien es cierto que hay una ebullición global y que julio ha resultado el mes más caliente en los distintos continentes desde que se tenga registro, la realidad es que se tienen que dar pasos para evitar que un día colapse el país dada la construcción de estructuras en áreas inadecuadas, como se viene haciendo en el sector capitalino de Isla Grande.

“El impacto directo de las estructuras construidas por los humanos tiene mucho que ver con la situación que experimenta Puerto Rico”, dijo el doctor Molinelli Freytes al reaccionar a los peligros que puedan acechar a la población puertorriqueña en diversas áreas costeras en las cuales el nivel del mar ha crecido.

Aclara el experto, durante esta entrevista de la Agencia INS para el periódico EL SOL de Puerto Rico, que contrario a lo que se viene planteando de que eventualmente el aeropuerto internacional de Isla Verde, en Carolina, quedará inutilizado por la penetración del mar, que hay que hacer es planificar la elevación de las pistas de aterrizaje y aquellas zonas más vulnerables.

“Hay aeropuertos que sus pistas se han construido dentro del mar, entonces lo que hay que hacer es pensar buscar una solución al problema y no pensar únicamente que sería el traslado de la actividad aérea a Aguadilla”, precisó.

Estableció que hay muchos edificios expuestos al salitre que después de 40 años o más de su construcción no han recibido el mantenimiento adecuado, lo que los torna más vulnerables ante los fenómenos naturales.

Molinelli Freytes anotó que los problemas costeros se hacen más evidentes en el norte debido a que el oleaje del océano Atlántico impacta con más fuerza, con relación al Mar Caribe, en el sur de Puerto Rico, zona que se ha visto muy lacerada por los terremotos ocurridos a finales de diciembre de 2019 y enero de 2020.

En esa oportunidad se produjeron destrozos y derrumbes de estructuras en una decena de municipios del suroeste, incluidos Guánica, Yauco, Peñuelas, Guayanilla, Ponce, Lajas, Cabo Rojo, Mayagüez, Utuado y Lares, situación que todavía se hace evidente.

El presidente del Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico (CIAPR), Faustino González Quiles, advirtió recientemente que es oportuno alertar, junto a las autoridades, a la población del país sobre los peligros que se vienen encima, que incluyen la necesidad de plantearse un cambio en la dinámica laboral diaria, particularmente en los escenarios de construcción de estructuras o en la reparación o mantenimiento de carreteras.

Puerto Rico no escapa a las preocupaciones sobre el calentamiento global, que ya ha cobrado vidas en diversos países, pues en las últimas semanas se han experimentado temperaturas superior a los 115 y 120 grados Fahrenheit.

Acompañado de la ingeniera Hanna Rodríguez, quien encabeza la Comisión para el Manejo de Riesgos, Emergencias y Desastres; el agrimensor Carlos R. Fournier Morales, primer vicepresidente CIAPR, y Doel Muñiz, presidente del Instituto de Ingenieros Civiles, González Quiles destacó que “ahora (el calor) es más impactante cada día, y no hay indicio de que mejore por los próximos años”. INS

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