Nuevas variantes del COVID-19, una amenaza latente

Por Agustín Muñoz Santiago/Periódico El Sol de Puerto Rico

Como medio informativo responsable con nuestros lectores y ante la realidad que enfrenta Puerto Rico con el COVID-19, les compartimos información relevante que puede ser de mucha utilidad para todos. Nuestra fuente informativa son los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y otras fuentes responsables.

Sin lugar a dudas, el repunte en los casos del coronavirus en la isla es alarmante. Mirar el mapa de casos preocupa, pero lo que más intranquiliza es la despreocupación de muchos puertorriqueños ante la pandemia. Eso nos ha llevado hasta donde estamos hoy respecto del virus con coronas.

Los CDC destacan que los virus cambian constantemente a través de la mutación, y se espera que aparezcan nuevas variantes del virus con el paso del tiempo. A veces, emergen nuevas variantes y luego desaparecen. En otras ocasiones, emergen nuevas variantes y persisten, señala.

La organización sanitaria dice que se han documentado diversas variantes del virus que causa el COVID-19 en los Estados Unidos y a nivel mundial durante esta pandemia. De hecho, a principios de este mes de abril se confirmó la existencia en la isla de casos con variantes identificadas como B.1.427 y B.1.429, procedentes de California; la B.1.17, de origen británica y la P.2 de Brasil.

Además de las mencionadas, existen las variantes B.1.35, detectada en Sudáfrica el pasado diciembre e identificada en Estados Unidos en enero de este año y la B.1.43 identificada por primera vez en California en febrero del 2021.

De acuerdo con el CDC, esas variantes parecen extenderse con mayor facilidad y rapidez que las otras variantes, lo que podría producir más casos de COVID-19.  Es por eso que se recomienda un mayor cumplimiento riguroso de las estrategias de mitigación de salud pública, como la vacunación, el distanciamiento físico, el uso de mascarillas, la higiene de manos, el aislamiento y la cuarentena, esenciales para frenar la propagación del virus.

Los investigadores trabajan para obtener más información acerca de las variantes antes descritas y así conocer su propagación. Asimismo, cómo la enfermedad causada por estas nuevas variantes se diferencia de la enfermedad causada por las otras variantes que están circulando actualmente. De igual modo, de qué manera pueden afectar estas variantes a los tratamientos, vacunas y pruebas disponibles en la actualidad.

Por otro lado, luego de las restricciones al inicio de la pandemia, las medidas elásticas posteriores por parte del gobierno provocaron una estampida de personas a los lugares de entretenimiento como plazas, parques, restaurantes, bares y playas, entre muchos. Muchos de esos asistentes obviaron de manera voluntaria los protocolos recomendados por las autoridades. Como consecuencia, las hospitalizaciones y muertes se incrementaron.

Uno de esos lugares con mayor concurrencia han sido las playas. Los CDC sostienen que no están al tanto de algún informe científico que asegure que el virus del COVID-19 contagie a las personas a través del agua en playas, lagos, ríos o cualquier  afluente natural. Sostiene que el virus se transmite “cuando las gotitas respiratorias de las personas infectadas caen en las bocas o narices de otras personas, o son inhaladas por otras personas y llegan a sus pulmones”. 

Ciertamente, disfrutar de las playas es una de las debilidades de los residentes de la isla, particularmente los fines de semana. A pesar de las burlas de muchos a las normas promulgadas por el gobierno, no es menos cierto que el distanciamiento físico ayuda a evitar el contagio y sus consecuencias. Aunque no existe una norma que determine la cantidad de personas a un mismo tiempo en una playa y sus alrededores, con el distanciamiento recomendado se puede prevenir que seamos una estadística más del COVID 19. 

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