Añoran regresar con sus predicaciones a las comunidades
Por Agustín Muñoz/El Sol de Puerto Rico
En un ámbito y realidad distinta al Puerto Rico del 1902, una organización religiosa que defendió la fe católica en aquel entonces se encamina a reposicionarse como misioneros y predicadores de las enseñanzas de la Iglesia.
El reto es mayúsculo, particularmente ante las nuevas corrientes de pensamiento y visión que arropan a las nuevas generaciones de puertorriqueños. “Como Iglesia tenemos un reto enorme de que no estamos llegando efectivamente a la juventud. Hay muchas corrientes que los llaman y la religión a sus ojos es algo para viejos”, lamentó José A. Ortiz, presidente de la Congregación San Juan Evangelista, conocida popularmente como Los Hermanos Cheos.
No obstante, Ortiz reconoció que la Iglesia Católica se esfuerza por mantener viva la pastoral juvenil, pero se le hace difícil. Dijo que el distanciamiento de los jóvenes ha traido como consecuencia “la falta de vocaciones tan grande que tenemos”.
Como casi todos los segmentos dentro del catolicismo local, Los Hermanos Cheos también han caído en el olvido de muchos y ni se diga de los jóvenes. Así lo han constatado en las misiones que han retomado en las comunidades luego de los desastres naturales y la pandemia. “Para nuestro lamento muy pocas personas de las que se congregan en la misión conocen la historia de la Congregación”, observó Ortiz, quien es el líder del grupo desde 2018.
El dirigente religioso destacó que la era actual requiere un reajuste en la forma de promover la misión, por eso ya lo están haciendo a través de las redes sociales. Reconoce “que no ha sido tan rápido como debería ser”. “Estamos intentando para poder llegar a los jóvenes a través de los medios que ellos ven y escuchan. Congregarlos en un lugar específico para que escuchen un mensaje de parte de la Iglesia es muy difícil, así que hay que intentar llegar hasta ellos através de los medios que están dispuestos”, sostuvo Ortiz.
Sin embargo, un plan delineado previo a la aparición del coronavirus, y que intentarán actualizar pronto, es llegar hasta las parroquias para hablarle a los jóvenes sobre la historia y la aportación de la Congregación en la Iglesia puertorriqueña.
El libro “La Historia de los hermanos Cheos”, publicada en 1979 por el sacerdote Esteban Santaella Rivera, recoge que en 1902 el jovencito arecibeño José de los Santos Morales, animado por teorías que sostenían que los estadounidenses llegaron a la isla para propagar el protestantismo y atacar a los católicos, se desplazó por el centro de la isla y por barrios de la zona montañosa de Ponce en donde predicaba en su intento por frenar aquella amenaza.
El dato histórico reval que “(C)eloso de su fe y, joven al fin, se le ocurrió una idea revolucionaria: “Quisiera formar un ejército de campesinos y levantarme en armas para defender nuestra fe y la devoción de la Virgen”. Según el ya fallecido historiador, “el Movimiento no se convirtió en resistencia armada, sino en una resistencia religiosa”. Su centro de operaciones fue en Jayuya.
Junto con su colaborador José Rodríguez, de los Santos Morales inició lo que se conoció como “El Pacto Cheo” y el compromiso de predicar juntos las enseñanzas de la Iglesia. Fue en 1927 que se reconoció oficialmente al “Movimiento de los Hermanos Cheos” y admitido como una organización de laicos al servicio de la Iglesia.
Los fenómenos naturales recientes y la pandemia por el coronavirus frenaron las predicaciones comunitarias y en un momento dado debieron utilizar el medio virtual. “Estamos desesperados por llevar a cabo la dinámica que realmente lleva bendición y es mucho más efectiva (y) es la dinámica del contacto persona a persona en las comunidades”, expresó el Hermano Cheo. Añoran tener manos libres para orar y aconsejar a familias, visitar enfermos en las comunidades o hablar con ancianos desatendidos y en las noches predicarles la Palabra de Dios.
La Congregación San Juan Evangelista tiene su sede en Peñuelas como Casa de Formación y retiros.
