Ciática: más que un dolor de espalda baja

Periódico El Sol de Puerto Rico

Por Dr. José Antonio Maíz Dedós, DC, MED, GTS, CKTP / Quiropráctica y Medicina Deportiva

12 de noviembre de 2021 – Comencemos con reconocer que la ciática en sí no es una condición. Es un conjunto de síntomas que se dan como resultado de otro problema de salud. Por lo tanto, no es un diagnóstico médico como tal. 

Anatómicamente hablando el nervio ciático es el más grande y largo del cuerpo. Está formado por cinco nervios cuyo origen se da en la zona inferior de la espalda. La unión de este grupo de raíces nerviosas da forma al nervio ciático el cual se extiende por la parte trasera de la pierna hasta llegar a los dedos del pie. 

El nervio ciático confiere fuerza, sensación y reflejos a la pierna. Por tal razón, cuando existe un problema con el nervio ciático, esto puede causar que los síntomas se manifiesten a largo de la pierna, el tobillo, el pie y sus dedos. Cualquier problema que se produzca en la parte inferior de la columna puede afectar a uno de los nervios que se conectan con el nervio ciático causando una irradiación de dolor a lo largo de este.

Existe una gran variedad de causas que pueden dar origen a la ciática. Entre las más comunes podemos encontrar los abultamientos o hernias discales en la región lumbar. Traumas a la columna, lesiones producto de un gran esfuerzo físico y la degeneración del disco a consecuencia del sobrepeso, el sobreuso o elementos relacionados al avance de edad, podrían provocar que esta estructura comprima alguna de las salidas nerviosas que forman el nervio ciático. 

Otra causa común es la formación irregular de hueso (espolones) a consecuencia de una avanzada degeneración (osteoartritis) en la región lumbar por sobreuso, por algún trauma en la columna o por el sobrepeso. Estas formaciones en las articulaciones facetarias podrían comprimir los nervios que originan el nervio ciático en su espacio de salida. 

La estenosis o estrechamiento del canal espinal ya sea congénita (nacimiento) o por algún tipo de patología podrían también originar los síntomas de la ciática. Discos herniados, hipertrofia del ligamento amarillo (trauma o degeneración), el desplazamiento parcial de una vértebra lumbar (espondilolistesis por trauma o degeneración), fracturas por compresión (por trauma, osteoporosis o cáncer metastatizado a la columna) o fracturas que afecten la región de la pelvis podrían desarrollar la compresión de elementos neurales en la región. 

Otro elemento que podría causar el origen de estos síntomas es la inflamación producto de un esguince de ligamento o desgarre muscular en la región baja de la columna. La compresión o irritación del nervio por el exceso de inflamación y edema como resultado de alguna lesión en este grupo de tejidos podría comprometer el nervio ciático. Las subluxaciones vertebrales (vértebras desalineadas) también podrían afectar la función del nervio. Esta alteración estructural y funcional podría producir el pinzamiento de uno o varios de los nervios que dan origen al nervio ciático. 

Otra variable es el síndrome del piriformis. Condición en la que el músculo piriformis se inflama a consecuencia del sobreuso por ejercicio o entrenamiento, un trauma o por pasar tiempo prologado sentado. Este músculo ubicado en la región del glúteo se encuentra sobre el nervio ciático presionando el mismo cuando se contrae o inflama demasiado. Otras causas menos comunes giran alrededor de lesiones neurológicas debido a la diabetes (neuropatía diabética) la cual aumenta el riesgo de lesión en los nervios, tumores espinales, infecciones y hematomas. 

La ciática se manifiesta a través de dolor intermitente o constante que puede comenzar en la espalda baja y extenderse hacia el glúteo y a lo largo de la pierna. Puede presentarse de forma leve hasta agravarse con síntomas agudos e insoportables. Rara la vez se presenta en ambas piernas. Los síntomas pueden presentarse de forma punzante acompañados de sensación de quemazón, sacudida o descarga eléctrica, cosquilleo, adormecimiento, debilidad y dificultad para mover la pierna. Los síntomas de la ciática son diferentes según la parte del nervio comprimido pudiendo variar el lugar afectado y su gravedad. 

Este problema se puede agravar al realizar algún esfuerzo físico exigente, estirar la pierna, al caminar o correr, al subir y bajar escaleras, permanecer sentado por demasiado tiempo y hasta por toser o estornudar. 

La ciática es diagnosticada a través de la combinación de un buen historial médico y examen físico. Estudios de imágenes de resonancia magnética (MRI) o tomografía computarizada (CT) podrían ser necesarios si se presentan síntomas por más de 6 semanas o si estos incluyen debilidad o entumecimiento. Estos estudios nos permitirían identificar la causa del problema. Pruebas electrodiagnósticas (conducción nerviosa y electromiografía) podrían ayudar a identificar la raíz del nervio afectado y la gravedad del daño.  

El elemento más importante a considerar para tratar los síntomas de la ciática es identificar la raíz causa del problema. Una vez identificada se puede elaborar un plan de tratamiento adecuado y dirigido a tratar la condición que está produciendo los síntomas y no el síntoma (ciática) como tal. La mayoría de los casos se resuelven con tratamiento conservativo en pocas semanas aún cuando el caso pueda ser grave. Existen unos pocos síntomas que puedan requerir de una intervención médica y posiblemente quirúrgica inmediata. Estos son síntomas neurológicos progresivos o problemas con la función de los intestinos o vejiga.

Entre las recomendaciones generales para tratar con el problema de la ciática se encuentra el uso de suplementación nutricional Complejo Vitamina B. El mismo servirá como analgésico contra los síntomas de radiculopatía lumbar. La realización de una rutina de ejercicios específicos de fortalecimiento y estiramiento dirigidos a la zona lumbar, abdominal, glúteos y región de la pierna alta. Esto con la intención de disminuir el estrés y las compensaciones sobre las articulaciones de la espalda baja, reduciendo el dolor y evitando futuras lesiones. Ejercicios de movilización neural permitirán que el nervio ciático se mueva con más libertad ayudando a aliviar los síntomas y mejorar su funcionalidad.  

Los ajustes quiroprácticos proporcionarán una mejor alineación de la columna ayudando a aliviar varias de las causas subyacentes que pueden originar la ciática. Además, propiciará el ambiente para una rápida curación. La ejecución de un programa de rehabilitación física será esencial para ayudar a sanar la causa del problema y por ende los síntomas de la ciática. Este proceso promoverá una óptima regeneración de las estructuras comprometidas y fortalecerá las mismas para evitar futuras recurrencias.

Dr. José Antonio Maíz Dedós, DC, MED, GTS, CKTP

Quiropráctica y Medicina Deportiva

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