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San Juan, 16 de mayo de 2022– No se trata de centrar el problema de la criminalidad en las estadísticas policiales oficiales que pudieran ser manipulables, sino en el hecho de que se están suscitando en Puerto Rico tiroteos callejeros a plena luz del día entre narcotraficantes y en los que mueren ciudadanos inocentes que quedan atrapados en el fuego cruzado de los pistoleros.
La septuagenaria Margarita Rodríguez Morales, quien murió en la tarde de ayer víctima inocente de una balacera entre narcotraficantes en la carretera PR-189, frente a un salón de belleza en Caguas, disfrutaba de su jubilación como superintendente de escuelas, ha sido la más reciente y lamentable víctima del crimen callejero.
La mujer, quien el próximo 13 de julio cumpliría 74 años, vecina del barrio Tejas, en Yabucoa, manejaba una guagua Toyota RAV4 en la que iba con su nieta y su hermana, cuando quedó atrapada en el fuego cruzado.
Dos de los heridos fueron identificados como José Rivera Cruz, de 21 años, quien recibió un balazo en el antebrazo izquierdo, y José Daniel Yupanqui, de 31 años, con laceraciones. Ambos son víctimas inocentes de la intensa balacera que se extendió por gran parte del casco urbano.
Los agentes de la Policía arrestaron a José Antonio Gautier Medina, de 20 años y vecino de Bonneville Heights; a Jared Rosario Echevarría, de 25 años, y a Brian Haniel Sierra Fernández, de 20, de Brisas de San Alfonso, a quien le incautaron una pistola Glock calibre 9 milímetros.
La criminalidad en Puerto Rico se está empezando a salir del control de las autoridades policiales y ya están acaeciendo escenas del crimen organizado que se asemejan a lo que acontece en estados y ciudades de México, con el narcotráfico organizado en peligrosas bandas criminales que alteran el orden y la seguridad ciudadana y desafían abiertamente a las autoridades gubernativas.
Durante los arrestos del domingo en Caguas, los agentes de la Uniformada confiscaron un Toyota Yaris gris, un Acura negro, un Buick modelo de 2001 y un Toyota Camry, en cuyo interior hallaron un peine con balas, casquillos y manchas de sangre.
La secuela de tiroteos comenzó antes de las 5:00 de la tarde y se extendió a plena luz del día, mientras el tránsito usual de ciudadanos fluía por la avenida Degetau, El Búnker y la avenida Garrido, en Villa Blanca.
