Contagios masivos con COVID: el resultado de un esfuerzo inútil

Por Agustín Muñoz Santiago/Periódico El Sol de Puerto Rico

Una retrospección de las medidas tomadas por el gobierno de Puerto Rico para contrarrestar el avance del coronavirus el año pasado nos lleva al 12 de marzo de 2020 cuando la gobernadora Wanda Vázquez promulgó la Orden Ejecutiva OE-2020-020 que decretó el primer estado de emergencia en la isla ante la amenaza del COVID-19. Luego, tres días más tarde, el 15 de marzo, emitió otra Orden Ejecutiva, OE-2020-023, con medidas adicionales para desacelerar y contener la propagación del virus.

Con la orden anterior, Vázquez implantó de un toque de queda y el cierre, tanto del gobierno como sectores privados. A medida que el coronavirus avanzaba por los paises del mundo y el estado de emergencia decretado en la isla, Vázquez creó el Comite Ejecutivo de Asesoria Medica («Task Force Medico») con la encomienda de “desarrollar e implementar, en conjunto con el Departamento de Salud, los estudios, las investigaciones y los planes estrategicos sabre cómo manejar la emergencia de COVID-19, asi como de asesorar a la Gobernadora de Puerto Rico y al Secretario de Salud sabre la toma de decisiones”.

El 30 de marzo de 2020 se emitió otra Orden Ejecutiva (OE- 2020-029), que extendió el toque de queda y cierre de gobierno y cierre de comercios, salvo contadas excepciones, hasta el 12 de abril de 2020.

Esas primeras iniciativas de la gobernante lograron contener el avance de la propagación aunque sin descartar que Puerto Rico continuaba en riesgo de contagio. Por eso, el 7 de abril de 2020, se publicó otra directriz (OE-2020-032) con medidas más agresivas dirigidas a frenar la curva de contagio en la isla. Cinco días después, tomó fuerza la Orden Ejecutiva 2020-033 que extendió el toque de queda y los cierres necesarios temporeramente. La vigencia de dicha Orden Ejecutiva se extendió hasta el 3 de mayo de 2020. El mandato instruyó a que “todo ciudadano en la isla de Puerto Rico deberá permanecer en su lugar de residencia o alojamiento durante las 24 horas del día los 7 días de la semana durante el período de toque de queda (Lockdown) hasta el 3 de mayo de 2020 , inclusive.  El documento apercibió a los dueños de residencias a no permitir “que  personas  ajenas  a  los cohabitantes del hogar se congreguen para llevar a cabo reuniones,  tertulias, fiestas o cualquier actividad no permitidas”. Hacerlo constituía una violación y como consecuencia sujeta a las penalidades establecidas por ley.  Esa disposición ordenó que un sector del personal del gobierno brindaría sus funciones a traves del metodo de trabajo a distancia. Sin embargo, aún con las medidas restrictivas impuestas, la gobernadora Vázquez lamentó que “pese a las advertencias sobre !a permanencia en sus hogares, en algunos casos no han asimilado la importancia y seriedad de la amenaza, permanenciendo hasta altas horas de la anoche fuera de sus viviendas, y en lugares publicos reunidos en grupos, amesgando su salud y la de otros, poniendo en riesgo el contagio y diseminacion del temble y letai virus”. 

Aún así, la OE-2020-033 flexibilizó ciertos aspectos relacionados a las operaciones de los sectores industriales, comerciales y empresariales, así como el flujo vehicular en Puerto Rico. Más adelante, en el mes de junio se eliminó el “lockdown”.

El posterior endurecimiento y flexibilización de las medidas impuestas trajo consigo la indiferencia de un amplio sector de la población con celebraciones de chinchoreos, caravanas políticas, apertura de playas y restaurantes y otros lugares que permitían la congregación de personas en abierto reto a los protocolos establecidos por las autoridades. A eso se agrega los festejos familiares no permitidos. Así, el aeropuerto Luis Muñoz Marín trabajando a toda capacidad con la llegada de miles de pasajeros, muchos de los cuales presentaban signos de contaminación con el temible virus. Además, pese a los mandatos promovidos por el Ejecutivo, las campañas políticas se hicieron de la “vista larga”.

Con la llegada de un nuevo gobierno, llegó también la “suavización” de las restricciones. El gobernador Pedro Pierluisi enmendó la orden del toque de queda y eliminó el cierre los domingos. Autorizó la apertura de los gimnasios, casinos y cines, así como el uso limitado de playas, piscinas, campos de golf, parques, canchas y galleras.

Pierluisi promovió la Orden Ejecutiva 2021-017 que autoriza la apertura de las escuelas públicas y privadas bajo “ciertas condiciones” a partir del 1 de marzo.

Asimismo, la más reciente directriz avalada por Pierluisi, la OE 2021-026, fechada el pasado 8 de abril, dice que “(P)odrán operar todos los servicios comerciales, industriales, de manufactura, de construcci6n, de ventas, de salud o medico, funerarios, recreativos, agrícolas, agropecuarios, deportivos, hfpicos, de casinos, cinematograficos, financieros, comunitarios, de servicios al consumidor, profesionales, no profesionales, centros de cuido, religiosos, y otros que no esten expresamente prohibidos en esta Orden Ejecutiva”. “Es decir, seguiran operando todos los servicios y comercios que fueron permitidos en los Boletines Administrativos Nums. OE-2021- 010, OE-2021-014 y OE-2021-019”, establece el documento.

Los datos oficiales del Departamento de Salud apuntan a un reponte extraordinario de contagios y fallecimientos a causa del COVID-19. Al cierre de esta edición el Secretario de Salud, Carlos Mellado le recomendó al gobernador el cierre total del país.

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