Andrés Cruz Pacheco: huella imborrable en el deporte aficionado

(Por Agustín Muñoz/El Sol de Puerto Rico)

Fue maestro del sistema de instrucción pública. En su juventud, también se reconsideró un maestro como bateador en el béisbol aficionado en Puerto Rico e internacionalmente. Como jugador estableció varios récords nacionales, algunos ya superados y es reconocido como uno de los mejores bateadores de todos los tiempos en esa disciplina.

Recuerda con alegría cuando en 1965, en Colombia, consiguió el título de bateo y carreras empujadas en el XVI Torneo Mundial de Béisbol Amateur. Integró el equipo nacional de Puerto Rico en varias ocasiones.

Han pasado ya 59 años desde que Andrés Cruz Pacheco logró la marca de más inatrapables consecutivos en una serie regular con 11. En esa temporada de 1960, igualmente obtuvo el campeonato de bateo con un promedio de .452. Once años después, el 11 de abril de 1971, en Yauco, fue que Cruz Pacheco se convirtió en el primer jugador en la historia de la Doble A en conectar 500 incogibles. Militó con los

Poetas de Juana Díaz durante su carrera de 18 años como beisbolista. Sin embargo, al cabo de un año de retirado como jugador, el entonces apoderado de Santa Isabel, Víctor Zayas, le “rogó” a su amigo que vistiera la franela de Los Potros por un año y luego de una larga reflexión, accedió a la petición.

Transcurrido mucho tiempo de aquellos momentos de gloria en el deporte para Cruz Pacheco, hoy delibera y opina que la calidad del pelotero del béisbol Doble A ha mermado. Dijo que ya no se ven peloteros jonroneros como en sus tiempos. “Ya tu noves bateadores de poder. Que conecten más de seis jonrones (en una temporada). Yo daba 8 y 10 jonrones y había otros que daban 12 o 15” recordó. Además, no comulga con la inclusión de ex peloteros profesionales en la Doble A quienes, a juicio de Cruz Pacheco, les restan oportunidades a jóvenes con aptitud.

Aunque tuvo el talento para el profesionalismo, Cruz Pacheco prefirió prepararse académicamente. No fueron pocos los “caza talentos” que trataron de convencerle paraqué viajara a Estados Unidos. Su temor fue que le ocurriera como a otros peloteros puertorriqueños que no tuvieron éxito en el beisbol profesional y luego no pudieron regresar como jugadores aficionados.

En la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico integró el equipo de beisbol y voleibol. Como “protección” para retenerle en esa institución educativa recibió múltiples “privilegios”. Se graduó en el área de la Pedagogía con una especialización en

Educación Física. Durante 30 años trabajó como maestro de inglés y Educación Física en el Departamento de Instrucción Pública.

Cruz Pacheco fue mentor de jovencitos que luego descollaron en la Doble A. Hoy en día, cuestiona a muchos entrenadores de las ligas infantiles y juveniles de quienes, dice, se esmeran por conquistar campeonatos y no por enseñar los fundamentos de cómo jugar béisbol y desarrollarlos como prospectos. “No están con el deseo de enseñar, sino que van con el deseo hacer un equipo que vaya a competir en el exterior.

Entrenan para hacerse campeón y ganarse un viaje al exterior” insistió. Aconsejó a los jóvenes con talento para jugar pelota a seguir su sueño a través de la disciplina y dedicación, pues el béisbol de hoy ayuda a mejorar las condiciones económicas de muchas familias.

A sus casi 89 años, los cumple en noviembre próximo, Cruz Pacheco realiza labores voluntarias en la parroquia San Ramón Nonato de Juana Díaz. “Yo sueño con ir a la Eucaristía, a la misa. Yo estoy buscando lo que se llama felicidad y así es que puedo encontrar la felicidad”, aseguró. Cruz Pacheco fue legislador municipal en Juana Díaz por el Partido Nuevo Progresista (PNP) durante dos cuatrienios en la década del 1990. Ha sido receptor de múltiples reconocimientos en el deporte.

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